Opinión

Posverdades mañaneras

27 de septiembre de 2020

De tres canales de televisión con noticiarios en las mañanas, quizás solamente uno vale la pena verlo. Hay dos en los que solamente se presentan personajes expresando opiniones que a la postre resultan verdades a medias. Esta práctica se conoce como “la posverdad” que es un término reciente que aparece en los medios de comunicación y que se asocia para identificar mentiras utilizadas con la intención de manipular la opinión pública.

Pero también conlleva intenciones de afectar o malograr la imagen pública de personas que no son del agrado de los que emiten dichas posverdades. Esto es lo que ciertamente se observa en muchas de las llamadas “noticias” que en realidad no cumplen con lo que es la función de informar o la de un periodismo objetivo al servicio de la comunidad que ve y escucha tales noticias.  

El efecto más nocivo de este tipo de desinformación es que, a pesar de presentarse si pruebas fehacientes reconocidas, tiene cierto nivel de alcance social en lo que respecta a la credibilidad que le pueda dar la audiencia, no solo en los medios de comunicación sino también en las redes sociales. Por esta razón es que se utiliza para convencer o manipular un porcentaje importante de la sociedad.

La gente es propensa a creer todo lo que se publica sin justificación real.  Las posverdades, igual que las noticias falsas o “fake news” se difunden muy rápidamente, máxime si tiene un alto contenido de morbo político o hasta personal. La agilidad que ofrece la tecnología de hoy día para comunicación, incluyendo las redes sociales, permite que los denominados “cuentos” mal llamados noticias periodísticas, logren penetrar en la sociedad sin aún tener una veracidad comprobada.

La posverdad se ha convertido en una herramienta útil para algunos que apelan a las emociones de las personas para introducir una narración de hechos que no tienen comprobaciones válidas que la acompañen. Se utiliza para guiar algún tipo de campaña y orientar la opinión publica en la dirección que más conviene a los que la emiten, generalmente ligadas a temas políticos partidistas o sobre asuntos económicos particulares.

Esta distorsión deliberada de la verdad ha disminuido en gran medida el interés de poner atención a las noticias que se ofrecen en estos noticiarios mañaneros.

Lamentable es que ni siquiera toman en cuenta los daños personales irreparables que pueden causar a las personas que irresponsablemente son afectadas. Si queremos tener un país de calidad social, esta mala práctica debe ser erradicada.   * El autor es ingeniero. 
 

Cristóbal Silva 
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