La lonchera, la comida escolar y obesidad

La obesidad  infantil es un problema de salud pública. En las últimas cuatro décadas, los casos han aumentado diez veces.

Los factores que han permitido que esta tendencia sea tan alta son varios: comidas «rápidas» altas en grasas y carbohidratos, inactividad física por la proliferación de los videojuegos, eliminación de la educación física en algunas escuelas y la costumbre de los padres de poner bebidas azucaradas en las loncheras de los niños, con la excusa de que no hay tiempo para preparar una lonchera adecuada.  Tenemos que estar claros que los adultos comen lo que se les enseñó a comer desde niños.

En Panamá, el 30% de los niños en edad escolar tienen exceso de peso. Esto es alarmante. Ya está bueno de estar «complaciendo» a nuestros hijos. Les estamos causando un gran daño, que como las consecuencias no son inmediatas, no las estamos relacionando con eso.

Debemos saber que el 80% de los niños que llegan obesos a los 18 años, seguirán siendo obesos el resto de su vida.  Cada niño obeso es por irresponsabilidad de sus padres o su tutor.

En general, los niños obesos tendrán mayor riesgo cardiovascular, cuando sean adultos, que aquellos que se hicieron obesos después de los 18 años. Además, los niños obesos tienen el triple de riesgo de ser hipertensos que los no obesos.

Por otro lado, tienen mayor riesgo de sufrir del hígado (esteatosis hepática) y apnea del sueño, con sus respectivas consecuencias de bajo rendimiento escolar. Los niños obesos están expuestos a problemas sociales importantes, que pueden afectar su autoestima y provocar problemas de personalidad.

Desde hace 2 años se hizo un decreto para prohibir la venta de comida “chatarra” en las escuelas. Esto es importante, pero los padres de familia deben ayudar, conversando con sus hijos y haciéndoles una lonchera con comida saludable.

Algunas recomendaciones serían limitar a menos de dos horas diarias el uso de la televisión a los niños (incluyendo videojuegos), exigir que jueguen fuera de la casa y ponerles frutas, vegetales y agua, todos los días, en sus loncheras. 

Miguel  A.  Mayo
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