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Recuperadas de Covid-19 cuentan su historia y cómo fue su paso por un hotel hospital

07 de agosto de 2020

Johanna y Verónica lo han conseguido. Son dos de los 46675 panameños que han logrado superar el coronavirus, una cantidad que, aunque todavía es muy inferior al número de infectados (72,560), más que triplica a la de fallecidos (1,591).

Ellas residen en la provincia de Panamá, una de las provincias más castigadas por la pandemia. Han pasado miedo ante las posibles consecuencias del Covid-19, han llorado de angustia, han visto de cerca la tensión en los hospitales frente al aumento de casos. Sin embargo, los tres destacan que, gracias al móvil, en ningún momento se han sentido solas, que el personal sanitario lo está dando todo, que el tratamiento en muchos casos funciona y que es posible salir de esta.

Pero a ellas les dieron la opción de ir a un hotel hospital en la búsqueda de una atención médica adecuada.

La mayoría son hoteles 5 estrellas que han decidido darles la mano a miles de panameños contagiados con el nuevo coronavirus. Se trata de un modelo de alianza que ha tenido éxito en Panamá y ha sido tomada como referencia en otros países, donde los sistemas de salud estarían llegando al colapso en su capacidad.

“La atención médica en el hotel hospital fue de primera, el grupo de enfermeras y personal médico me trato de primera, los medicamentos estuvieron siempre al día, la Dra. Nelson, la enfermera Magaly, siempre estuvieron pendientes, nunca me dejaron sola a pesar de que tuve días difíciles”, señaló la abogada Johanna, de 35 años.

Nos contó que aceptó ir a un hotel hospital “por miedo a que mí familia se contagiara del virus, por la seguridad de todos los míos”.

Por su parte, la abogada Verónica Vásquez, quien trabaja en el Órgano Judicial, manifestó que la primera persona que se contagió en su familia fue su madre, luego ella y su bebé. En cambio, su padre y su hermano corrieron con mejor suerte, pero existía el riesgo de que se infectaran, ya que serían los encargados de los cuidados de ambas.

“Si nosotras nos hubiésemos quedado en casa, si no nos llevan al hotel, tanto mi prima como mi papá y mi hermano estaban expuestos a contagiarse, porque ellos eran los que nos tenían que atender, precisamente porque la enfermedad no te permite cumplir con las actividades diarias”, dijo la abogada Verónica.

Para Verónica, llegar a un hotel no solo sirvió para proteger al resto de su familia, sino que se les brindó apoyo psicológico y en materia de atención y medicamentos. “Los doctores y las enfermeras estaban pendientes, incluso en ese hotel hospital, a pesar de que por teléfono era que mantenías la comunicación, creabas lazos con esas enfermeras y esas personas, que marcan tu vida para siempre”, aseguró.

“Jamás pensé que iba a contagiarme; siempre vemos las enfermedades como algo lejano, sobre todo porque siempre he gozado de buena salud, y la única vez en mi vida que estuve tres días hospitalizada fue cuando tuve a mi niña en un excelente hospital privado”, agregó.

Destaca que el haberse contagiado “me causó un fuerte shock, estuve en negación hasta asimilarlo; fue en mi puesto de trabajo donde me contagié. Ese día éramos ocho personas y fui la única contagiada. ¿Por qué fue así? Solo Dios lo sabe, pero todo tiene un propósito y un aprendizaje… Ese resultado positivo lo recibí de un laboratorio privado el 30 de abril y el 1 de mayo ya estaba en el hotel”.

Estar en un hotel hospital, según cuenta Verónica, es ventajoso porque no estás viviendo de cerca una experiencia dentro de un hospital, que te puede afectar más emocionalmente. “Esa motivación, ese cuidado, ese cariño con el que los médicos nos trataron fue algo especial. Con mi niño estuvieron pendientes, era el único bebé que estaba en el hotel, todos los días subían. Limpiaban todos los días, fue un trato muy bueno”.

 

 

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