Una de las premisas del libro “Entregada pero no sometida”, de Laura Doyle, es que las mujeres hemos confundido ser iguales en derechos y en el trabajo, con el rol de esposa y amante.
Si pensamos en seguir siendo la madre de nuestro marido o lo vemos como alguien con quien debemos competir y pelear por un puesto, como en el trabajo, mi relación de pareja se irá por una ventana. Es imposible que exista intimidad, deseo sexual y un lazo fuerte con alguien especial, si vivimos criticándolo, maltratándolo, juzgándolo, comparándolo.
Los hombres y las mujeres somos diferentes, y es esa diferencia la que...