Opinión

El ‘Boicot’ es buena solución

02 de agosto de 2019

Una de las “armas” cívicas más efectivas en las luchas ciudadanas para evitar, detener o corregir amenazas de parte de grupos de poder es el denominado boicot.
Consiste en una “acción que se dirige contra una persona o entidad para obstaculizar el desarrollo o funcionamiento de una determinada actividad social o comercial” (Según la Real Academia Española- RAE).


La palabra tiene una historia interesante. ‘Boycott’ es el apellido de un oficial retirado del ejército inglés, en Irlanda, Charles Boycott, quien tuvo la mala suerte de hallarse al frente de las fincas de un terrateniente de vacaciones, cuando, en loa años del 1870 y posteriores, grandes sequías destruyeron las cosechas.


Los agricultores se organizaron y se negaron a pagar por la tierra arrendada; renuncias, protestas, y movimientos de apoyo de otros campesinos, sometieron al al finquero. Su apellido pasó al diccionario inglés como un verbo transitivo. En castellano se incorporó como “boicot”.


El “boicoteo” se llevó a cabo en el año 1880. En elecciones es fatal y hasta los diputados electos le temen.


Desde entonces es una de las acciones más efectivas para lograr éxito en la lucha social, sobre todo si es justo y favorable a una buena causa. Es el que una comunidad organizada le aplica a un espectáculo público comercial, o político merecedor de castigo moral.


¿Un espectáculo público ofensivo a la moral y dañino al bien común? Organicemos un boicot. Que nadie asista o asistan pocos. La pérdida de dinero duele más a los promotores del perverso espectáculo.
Miguel A. Espino Perigault
[email protected]
* El autor es periodista.

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