Opinión

¿La casa del pueblo panameño?

02 de agosto de 2019

Nos pareció bochornoso e irrespetuoso a todos los panameños, el haber amanecido el pasado 2 de enero con la noticia de que la Asamblea Nacional estaba “invadida” por nuestra propia Policía Nacional, después de un aumento salarial recientemente obtenido, y de los estamentos de seguridad del Estado, que deben ser custodia de la Constitución y sus Derechos, garantes de los deberes sociales e individuales, incluyendo los institucionales.

La mañana del 2 de enero del 2019, amanecimos sorpresivamente en un “estado de sitio”. Invadidos, innecesariamente por la flagrante intromisión inconsulta por las fuerza de seguridad a este Órgano del Estado, sitiados, sin el consentimiento ni autorización de este Órgano, que es independiente, en su toma de decisión funcional, con el fin de actuar coordinadamente y en armónica colaboración con los otros dos órganos del Estado, todos con poderes similares.

Alarmante y sorpresivo, fue levantarnos para presenciar esta decisión invasiva por el estamento de seguridad del Estado, sin ningún motivo aparente, al inicio de este nuevo año.

La Asamblea Nacional de Diputados, es un Órgano de poder que forma parte de los tres poderes que representa la composición administrativa de nuestro estado de gobierno., misma que representa la decisiones democráticas del pueblo conocida como la “ Casa del pueblo”.

No entendemos que motivo esta decisión, pero lo poco que hemos sabido, a través de los medios de información masiva…, comentan que era para impedir las manifestaciones populares democráticas, en contra de decisiones tomada por la presente administración.

Que han afectado conquistas de sectores productivos, los aumentos salariales a los jubilados, que permiten equilibrar el alto costo de la vida…, entre tras manifestaciones.

La intromisión que se realizó a este Órgano del Estado puede interpretarse como un ensayo que mide el grado permisivo del estado de ánimo de los panameños, que parece que deja a la libre la toma de decisiones políticas de manera traumática.
Abdiel Castrellón Gómez
[email protected]
* El autor es investigador social y relacionista público

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR