Opinión

El hombre mediocre presente en la sociedad

17 de febrero de 2022

A estos hombres, dice Ingenieros, “sus rutinas y sus prejuicios paréceles eternamente invariables; su obtusa imaginación no concibe perfecciones pasadas ni venideras; el estrecho horizonte de experiencia constituye el límite forzoso de su mente.”

Esta situación de pandemia ha permitido traslucir lo que esta población de individuos mediocres, en realidad, lleva por dentro, de tal suerte que, dentro de su propia incapacidad e ignorancia, les es más fácil atacar a las personas que están dejando legados, a través de sus acciones, a través de sus escritos, a través de su trabajo. Recuerdo unos versos, de algún momento de juventud que dicen: “Pasarás por mi vida sin saber que pasaste”, no recuerdo su autoría, pero si tengo claro que, de alguna manera impactaron mi pensamiento. Es real que, muchas personas vegetan, no viven, porque su vida es solamente respirar, y lo hacen porque no conlleva ningún esfuerzo mental. El filósofo coreano-alemán Byung Chul Han dice que, en pandemia, “las prioridades y los recursos se enfocarán solo en una cosa: sobrevivir…La histeria de la supervivencia hace que la sociedad sea tan inhumana.” Nuestra sobrevivencia no se fundamenta en la destrucción del ser humano que nos ayuda, que tenemos al lado, solamente porque nos inquieta darnos cuenta de nuestra propia incapacidad, de nuestra propia mediocridad. No debemos dejar que afloren nuestros sentimientos de maldad y afán de destruir para sobrevivir, tan simple, porque, la vida se encarga de nivelar las cargas, esa carencia de valores, ese desconocimiento académico que no nos atrevemos a aceptar, esa incapacidad profesional que hemos mantenido oculta por varios años, amparados en la colectividad, un día muy cercano, se hará evidente para todos los que no lo conocían y quedaremos desnudos ante nuestra realidad.

Cuando llegue ese momento, nuestra desnudez de pensamiento será el corolario de nuestras acciones, enfrentarnos a una sociedad, en la cual han quedado al descubierto nuestras verdaderas intenciones, tirar por la borda valores, principios, y razones para poder destruir con el verbo, haciendo lo único que sabemos hacer. Pensemos en que nuestro accionar en la vida debe dejar un legado, pequeño o grande no importa, pero es nuestro deber moral, humano, dejar un legado para los que nos siguen. Seamos consecuentes con la realidad, dediquemos nuestros esfuerzos a construir, el mundo lo necesita. * Especialista en Medicina del Trabajo. 
 

Dr. Daniel Abrego Echeverría, MD; MMT
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