Opinión

El Espíritu de la Navidad

23 de diciembre de 2021

¡El Espíritu Navideño nos  posee y hace sentir bien!, por todos lados se siente el aroma de los arbolitos, con esferas y foquitos, que iluminan las ventanas de las casas y comercios. Igualmente, en los hogares, muchos de ellos, tienen su Nacimiento, que año tras año, arreglan en las casas, con foquitos   y toda clase de animalitos y pastorcitos, que le dan vida al pesebre. 

Además, el colorido, de las vitrinas de los almacenes, y los nacimientos de las iglesias, son verdaderas piezas, dignas de mencionar por su belleza y multiplicidad de elementos y personajes.

Las personas, los constuyen pintan  muchas  veces ellos mismos, y colocan el Pesebre con hermosas figuras de porcelana  de todo tamaño, incluso, ríos, cascadas, etcétera. Alguna vez, se pusieron en mi casa, semillas, de maíz u otro grano, para que retoñara y utilizarlo como parte del paisaje natural.

Había un poema desde que era niño, que rezaba : “Los tres Reyes Magos, vienen calladitos, a poner juguetes en los zapatitos, uno es alto y flaco, el otro gordiflón y el otro es un negrito de lo más picarón, vienen en camellos a pasito a paso,  a traer regalos al niño Jesús. Y yo inventé lo siguiente “allá en las alturas, la Estrella Polar, pidió a los reyes de Oriente,  que al niño llevaran: un Celular”. 

Obviamente una broma, de estos tiempos. La Navidad es la época en que nació Jesús, el hijo de Dios, de sus padres María y José, quienes  son el símbolo de la sencillez, de lo contrario a la farsantería o los lujos que algunas personas ostentan, como aspecto principal de sus vidas. 

Es la historia de la modestia y la santidad verdadera, entonada en villancicos. (canciones de Navidad)  El Espíritu Navideño es bello, nos recuerda la parte infantil que todos tenemos dentro, porque hemos sido niños, nos invita a regalar, a compartir nuestros dones y bondades; a ser mejores personas y sobre todo, ver en cada pequeño que le obsequiamos un juguete, el rostro del niño Jesús.

Es temporada de cantar villancicos, de compartir en familia y por supuesto, tener la gran Cena de Nochebuena, para  reunirnos con las personas que amamos y la familia que  veneramos; de modo que recordemos ese momento que estremeció la historia de la humanidad: El Nacimiento de Jesús, el Redentor. Que nos recordó que éramos humanidad y que por nuestra salvación murió en su edad adulta , crucificado.

Las ricas cenas familiares , los juguetes a montones, para los niños (como símbolos del niño Jesús), los regalos que nos damos unos a otros, indican, que el amor es el motor de la humanidad.  
 

Alfredo A. Arango
Psicólogo y Escritor
[email protected]
 

TE PUEDE INTERESAR