Opinión

Independencia sin sangre

18 de noviembre de 2021

No se derramó una gota de sangre por la independencia de Panamá. Abandonados a su suerte, impagos, sin oficiales de mando, los soldados españoles aceptaron la ayuda económica de las fortunas personales de Mariano, Gaspar y Blas Arosemena y desertaron. 

El virrey Sámano murió viejo y cansado. 

El general Juan de la Cruz Murgeon, liberal y masón, reemplazó a Sámano, buscó el respaldo de los istmeños, pero el derrumbe de España era inevitable. Desertaron 60 soldados del cuartel, con el fusil al hombro.  

Los vecinos se reunieron en un cabildo en la casa consistorial para proclamar la independencia. Firmaron el acta el coronel José de Fábrega, Mariano Arosemena, el Obispo de Panamá José Higinio, de origen peruano, y diversos patriotas. Se nombraron alcaldes, regidores, síndicos.

El 30 de noviembre, se divisaron fragatas de guerra, temiéndose que bombardearan la ciudad. Pero, pusieron rumbo al Perú.  Protagonista de los sucesos, Mariano Arosemena relata que no hubo hostilidad contra españoles, algunos unidos a damas istmeñas. Amor y libertad mitigaron antiguas rencillas.    

* El autor es abogado.

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