Opinión

Una decadente crisis de valores

17 de octubre de 2021

Verdaderamente los valores morales se han trastocado, en nuestro país uno se encuentra a diario con situaciones bochornosas y expectaculos deprimentes en las avenidas, ante las miradas impavidas de los transeúntes y conductores en que se incluyen a niños, sin importales nada a los protagonistas de estos actos.

Estos hechos ahora se conocen por la tecnología del celular que tiene incorporado una cámara y en cuestiones de segundos se transmite una fotografía o un video.

La pérdida de valores morales, y el respeto propio al ser humano no existe se perdió hace buen rato, principalmente entre los jóvenes , esos valores inculcados por los padres y maestros de la vieja guardia fueron depositados en un saco roto, lo cual es lamentable, pero es la triste realidad.

La insensibilidad, y la ausencia de valores morales podríamos decir que se ha convertido en otra pandemia que no tiene vacuna como antídoto.

Ya ni las damas se salvan de estos actos, porque recientemente pudimos observar un vídeo en las redes, en que una dama que conducía un auto sedan, y otra operaba una moto, sin conocerse los motivos decidieron dirimir sus diferencias a puño limpio en plena vía.

Igualmente ocurrió en un supermercado de la localidad un cliente discute con otro porque se le “colo” en la fila para pagar, y se armó una agria discusión con palabras que aquí no puedo escribir, y ardió Troya.

Y si hablamos de los “Parking” son otros excenarios de expectaculos, y show en que las damas no les importa exhibirse, ni el qué dirán. Hay quienes consideran que estos comportamientos pudieran obedecer al encierro por la pandemia del Covid-19, y de esta manera se presenta una explosión de emociones incontrolables en el ser humano primordialmente entre los jóvenes.

La decadente cultura familiar existente en estos tiempos crea una crisis de valores morales y de conducta que es notoria.

Porque los valores morales son las creencias, costumbres y normas que el ser humano cuenta como defensa de su dignidad, como persona para convivir dentro del círculo familiar y la sociedad, y hay que recuperarlo.

No se puede olvidar que el hogar siempre se ha considerado la primera escuela desde los primeros años de la niñez, en que los padres inculcan honestidad, tolerancia, lealtad y responsabilidad, y así ir moldeando a futuros hombres y mujeres del país.

 

Víctor De La Hoz
[email protected]

* El autor es periodista.

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