El reto de la seminormalidad

Tras la eliminación del toque de queda, y la apertura de las actividades bailables, recreativas al aire libre, luego que las autoridades del Mínsa ofrecieran detalles sobre el bajo porcentaje de contagios y fallecidos por el Covid-19 producto de la vacunación y el control de la pandemia, esto no puede tomarse como que el virus se ha ido y que podemos hacer lo que nos da la gana, sin olvidar las medidas de bioseguridad.

Queda claro que ahora la responsabilidad de cuidarnos está de parte de los 4 millones de panameños, para que no se retroceda y se continúe con las medidas de bioseguridad y de control que se tomaron desde el inicio de la pandemia y que para muchos fueron perjudiciales, como nuestra economía, la actividad empresarial y comercial.

Pensamos que la población aprendió la lección vivida durante estos dos años de pandemia, y las últimas cifras del informe diario del Mínsa, muestran entre 200 o 300 contagios diarios, con defunciones entre 3, 4 y 7.

Por lo anterior el Mínsa deberá continuar con la vigilancia para que este bajo porcentaje de mantenga, y no ocurra como en otras naciones que levantaron todas las medidas, y se armó todo un descontrol teniendo que volver a cerras todas las actividades.

Algunos expertos científicos han expresado que el Covid-19 vino para quedarse lo que nos indica que tendremos que convivir con este virus, y continuar con las medidas de seguridad sanitaria, que es lo primordial.

Hay que ver cómo será el comportamiento de la juventud y aquellos panameños bohemios que añoran la actividad en las discotecas, y encuentros máximos bailables, y procurar que cumplan con el aforo del 80 por ciento vacunados exigido por el Minsa, y que no se constituya en un desorden que traerá consigo lamentables consecuencias.

Las actividades religiosas como las procesiones quedan todavía bajo análisis y estudio de las autoridades, y decidir que medidas se adoptarán. Al levantarse las restricciones por la pandemia y volver a una relativa normalidad en el país esto lo consideramos como una prueba de fuego para el panameño.  

Víctor De La Hoz
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* Periodista.