Opinión

Lo folclórico del panameño jamás morirá

27 de julio de 2021

Panamá como parte de la región centroamericana y colindante con el Caribe llevamos en la sangre ese sabor caribeño, y costumbres alegres y folclóricas, por eso en nuestras conversaciones siempre introducimos una pizca de humor con refranes o dichos para hacer más amena la tertulia.

Este comportamiento folclórico se puede ver cuándo se despide a un familiar en el Aeropuerto de Tocumen.

Era inevitable como ocurría antes de la pandemia se armaba una algarabía con abrazos y besos, carcajadas, con ese tono de voz alto que identifica al panameño.

Igual ocurría cuando el familiar estaba de regreso al país, eso era otro acontecimiento lleno de gritos y alegría.

No importa las dificultades o momentos de tristeza como la actual crisis por el Covid-19, pero siempre habrá un espacio para “vacilar” y cambiar la rutina, para relajarse con ocurrencia como este dicho “si hay miseria que no se note” o “cuando hay hambre no hay pan duro”, así es el clásico vivir del panameño que saca a relucir estos dichos populares, en un momento de turbulencia.

Se pueden cambiar otras cosas pero no la idiosincrasia del panameño de ser alegre y folclórico, con sus costumbres heredadas de nuestros hermanos colombianos que aún conviven con nosotros, ese humor lleno de refranes y pregones como el que dice “el último mono nunca se ahoga”, es decir siempre existe uno más vivo que sobrevive.

Ahora que hay que hacer filas para vacunarse en los centros de vacunación contra el Covid-19, uno siempre se encuentra alguien que hace reír a los demás para alegrar el ambiente con algún dicho jocoso o cuento de barrio, donde no puede faltar un dicho como el que dice: “gallo viejo nunca duerme en el suelo”, refiriéndose al hombre que la mujer lo botó de la casa.

Otra característica del panameño es que dentro de cualquier conversación está el mal hablado con palabras de grueso calibre y gesticulaciones con las manos, mímicas y gestos con los labios.

Ese humor nato que enriquece una conversa y alegra la vida no puede faltar. Así es el típico panameño.

 

 

 

Víctor De La Hoz
[email protected]
El autor es periodista

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