Opinión

Pedro Castillo, el “Rondero”

25 de julio de 2021

Cuantificados los votos emitidos en  la reñida contienda electoral en el Perú y una larga espera, se alza con el triunfo el maestro  de escuela rural y “Rondero” Pedro Castillo, nativo de la localidad de Tacabamba, ubicado en la izquierda política de la nación suramericana y que  una vez  fue cara visible en las luchas públicas de los maestros por reivindicaciones sindicales, jornadas en las que blandía un gigantesco lápiz blanco.

Castillo es un peruano de la sierra de Puna, de una pequeña aldea campesina, vive en una modesta casa, cerca de Tacabamba de Cajamarca, donde todos lo conocen en  la pobre, pero región rica en oro en la que el candidato empezó a forjar su carrera política como líder comunitario, en la que organizo un grupo de vigilantes que hacen de policías conocidos como los “ronderos”.

Las rondas campesinas surgieron en Perú en los años 1980 como forma de autodefensa de las comunidades rurales frente al abigeato y la guerra entre el Estado peruano y la insurgencia comunista de Sendero Luminoso.

Con el tiempo, acabaron convirtiéndose en una fuerza de orden público más, sobre todo en el Perú rural, de donde procede el candidato Castillo.

El candidato presidencial Pedro Castillo de Perú Libre, obtuvo el 50,125% de los votos, mientras que su rival, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular recibió el 49,875%, de acuerdo a los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

 Según su plan de gobierno Castillo  prevé un "rediseño del Estado que garantice la toma de decisiones transparente con participación activa de la ciudadanía y dio la bienvenida la inversión privada”, pero con reglas claras.

“No exploten a nuestros trabajadores", dijo en un mensaje claro a ese sector de la vida peruana, que ve con preocupación el giro a la izquierda del mando en el palacio de Pizarro.

 

 

 

Melquiades Valencia
[email protected]
* Periodista. 

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