Opinión

Los daños al mentir sobre la salud

12 de julio de 2021

Durante esta angustiosa y lamentable pandemia del covid 19, se ha producido un daño en la difusión de mitos y engaños a la población del mundo en torno a los estragos que achacan a las vacunas que personas sustentan sin evidencia.

Sin duda alguna la seudociencia en manos de algunos ”científicos” y de una gran mayoría de ignorantes sobre el tema han contribuido a ello. Esto no es nuevo.  

Muchos países han sufrido desde hace décadas al evitar vacunarse, sobre todo a sus hijos por argumentos sin evidencia científica. Ha llevado a nuevos brotes de enfermedades bastante controladas como la tos ferina y otras.

La pandemia de covid19 crea un escenario para que la charlatanería asumiera roles nunca vistos. Los esfuerzos mancomunados de producir vacunas en tiempo record, también ha fortalecido la mentira de los anti vacunas.

No saben que son tecno0logias de más de 30 años en la ciencia experimental y que les llego la hora de ser útil.

Por algo en los países que han vacunado gran parte de su población los de pacientes contaminados, hospitalizados y muertos han descendido, salvo donde relajaron las medidas de prevención en forma apresurada. Por estas falacias personas en Panamá y en el mundo han rechazado vacunarse.

Es su decisión, pero siguen expuestos a las mutaciones del virus que en algunos casos conlleva a más contagios, hospitalizaciones y riesgo de muerte. La famosa cepa delta hace estragos actualmente.

Creo llego y se propaga en Panamá. No podemos defender el concepto de que una vacuna no tiene efectos secundarios y algunos graves, pero el beneficio de aplicársela supera los daños.

Poco se ha explicado en forma de aprendizaje significativo sobre esos efectos secundarios que varían según grupos etarios, considerando que los mecanismos de defensa en general sufren un descenso con el aumento de las edades.

Por ello a veces los más jóvenes tienen esos efectos secundarios tolerables más frecuentemente que los longevos.

Sus defensas responden con energía ante el invasor, más no así en la tercera edad. Por supuestos en todo ello hay excepciones que se explican por varios factores ,algunos muy complejos.

Mientras esas personas insistan en mantener esa ignorancia a pesar de esfuerzos de científicos                idóneos en combatirla, el virus seguirá mutando con consecuencias impredecibles.

Panamá país de población sensible a los mitos ha sido víctima de las farsas y charlatanerías, que han sido vertidas en las redes sociales, su mayor aliada.

La tercera ola, anunciada tardíamente en este país, pues los perfiles de casos lo hacían sospechar nos está arrinconando de nuevo.

Más hospitalizaciones, más pacientes en intensivos y mortalidad que no baja en forma significativa. O combatimos los mitos con nuestros respetados científicos dándole más oportunidades en los medios serios de comunicación y aumentando la vacunación o esa normalidad llegara quizás en el 2022 y cuidado en el 2023.

Basta de indolencia a tantas muertes.

 

 

DR. Eduardo A. Reyes Vargas
[email protected]

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