Las redes sociales y el discurso de odio

Cada día observamos a través de las redes sociales del país, videos que tienden a viralizarse debido a su contenido, que generalmente van dirigidos a erosionar reputaciones, dañar, deteriorar, ajar y finalmente destruir. y si no consiguen este último paso, por lo menos han manchados por siempre.

He sido testigo de personas que sufren hasta el paroxismo cuando de mala manera, aparecen en las llamadas redes sociales y sufren el escarnio público, se enferman, pierden hasta el trabajo, efectos que se trasladan automáticamente a sus padres, hermanos e hijos, quienes son castigados sin ser reos de ninguna causa.

Cuando hablamos de redes sociales, seguro que las que primero se te vienen a la cabeza son Facebook, Twitter o Instagram, entre otras que ejercen sin ningún control o atadura y muchas menos, normas mínimas éticas que eviten ser vehículos de propagación de infundios o noticias falsas.

Las redes sociales en su uso correcto, pueden ser de gran utilidad en la sociedad, de colaboración y ayuda por su eficiencia rapidez y gratuita, pero existen riesgos y conductas nocivas o dañinas que ponen en peligro la reputación de personas, instituciones y organismos legalmente constituidos y que a veces son pilares de las libertades de un país.

Por ello no  se debe creer todo lo que sale en las redes sociales. Las mismas se han convertido en un mecanismo de desprestigio y de ataques injustos en muchas ocasiones.

Y lo peor, es que lo hacen en el anonimato que evita que los afectados puedan de alguna forma, ejercer un reclamo o una redención

Ya en la unión europea empiezan a ponerles normas de transmisión a lo que denominan el discurso de odio y contenido dañino, a través de enmiendas que han sido gestionadas desde 2018, presionados por las plataformas de radiodifusión formales, que desean que las plataformas en línea tengan las mismas obligaciones que las empresas tradicionales. Pronto se verá en el país.

Melquiades Valencia 
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* Periodista.