Opinión

Universidades privadas no pueden pasar agachadas

07 de junio de 2021

Nos hemos tomado el tiempo durante varios meses que venimos compartiendo ideas de distintos temas de la realidad nacional, para analizar la postura de las escuelas particulares con respecto a los padres de familia en estos tiempos de Pandemia.

Lo cierto es que nuestra postura siempre ha sido que estamos en desacuerdo con los abusos de algunas de ellas en el tema de los cobros contra el servicio que están brindando producto del COVID 19. Si en las escuelas particulares llueve, pues en algunas universidades privadas no escampa.

Para nadie que esté cursando una carrera universitaria es un secreto de todos los males que están sufriendo los estudiantes con las nuevas formas de estudio y los cobros excesivos que se están aplicando versus el servicio recibido.

Recordemos que la educación puede ser presencial o no presencial. En estos momentos nos tenemos que referir a la educación no presencial, que se divide en virtual o modular, siendo ambas formas de estudio distintas, de aprendizaje distinto y de costos distintos.

Nadie puede discutir que los costos de la educación presencial son más altos que los de una educación no presencial. Esto es ya no es un tema de discusión porque es materia superada y probada, aunque muchas universidades particulares no han querido aplicar disminuciones a sus estudiantes.

La situación se presenta peor cuando aparte de que están cobrando igual la educación virtual, como si fuera presencial, cuestión que no es correcta y con falta de solidaridad, ahora resulta que están entregando módulos para que los estudiantes estudien solos y presenten después su examen.

Por lo menos en la virtual tenían clases con horarios establecidos en donde tenían que participar y cumplir con su presencia y horario. Si ya de por si se debería cobrar menos por la educación virtual, la modular tienen un costo más bajo todavía y en la actualidad muchas universidades privadas siguen cobrando lo mismo.

En la educación modular solamente te entregan un material de estudio y debes presentar tu prueba posteriormente. La pregunte es: ¿Cómo se pretende cobrar lo mismo que una clase presencial? Independientemente de lo anterior, debemos también revisar el tema de las clases virtuales.

Hemos recibido quejas de que existen aulas virtuales en donde hay una cantidad excesiva de estudiantes, que no permite la interacción del estudiante con su profesor, debido la cantidad de participantes que hay en la clase. También hay quejas en que unen en una sola aula virtual estudiantes de distintos grupos y salones, y esto trae como consecuencia la aglomeración.

Así no se puede dar clases y menos asimilar las lecciones porque nadie puede preguntar y salir de dudas de lo que se está explicando. Si cada estudiante de esa aula hiciera una pregunta no se diera clases porque no alcanzaría el tiempo y faltarían algunos por preguntar.  

Esperemos que las autoridades pertinentes pongan un alto a este tipo de acciones y de una vez por todas los estudiantes paguen un precio correcto por lo que están recibiendo en este servicio educativo. Recuerden que hablamos de un precio que si es comparable porque podemos comparar la forma presencial, con la no presencial (virtual y modular); en donde con claridad se demuestra la diferencia de costos entre las tres.

Hay que verificar esos planes de estudios y como se vienen ejecutando para ver si cumplen con los requisitos que rigen las normas educativas.
 

Magíster Pedro M. Meilán
[email protected]
 

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