Una desordena alimentación pasa factura
La ley de la vida es clara, primero se nace , luego la niñez, la adolescencia, juventud y vejez, está última etapa muchos quieren gozarla, pero lo prioritario es tener una vida saludable, y disfrutar la jubilación, pero hay que ayudarse con una dieta balanceada, mantener la mente ejercitada, y realizar ejércicios, no para estar en forma (FIT) sino, por salud.
Juan José (JJ), es un amigo de la infancia, y juventud, me lo topé en un supermercado de la localidad, teníamos tiempo de no vernos, con 20 libras de menos, descompensado y con bastón, fue un certero golpe para mí verlo en ese estado, me cuenta que hace un par de meses, sufrió un serio percance de salud, lo hospitalizaron por tres días, esto se debió a una vida desordenada, desde su juventud, como el hábito de fumar, el licor, comer en exceso, la grasa, comida chatarra, abuso de sal, carne roja o sea una mala alimentación, y comer a deshoras.
La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa, el último censo CSS-Minsa refleja que el 35 por ciento de la población padece de hipertensión arterial, y entre el 20 a 25 por ciento de las muertes por año están relacionadas con la hipertensión arterial, además en el 95 por ciento de los casos de está enfermedad su origen es desconocido.
JJ me dijo con una voz opacada, con tristeza, son secuelas de arrastre que ahora llegan y pasan factura. Todo empezó una mañana hace dos meses , al levantarse de la cama sintió una debilidad luego un desmayo, un dolor en el brazo izquierdo con un cosquilleo, y luego se desplomó y calló cerca de la cama lo cual le causó un severo golpe en la cara, y que no recuerda más nada.
Amaneció en un hospital en cuidados intensivos. Juan José, casi pasa al otro barrio como dice el cantautor panameño Rubén Blades, pero la mano de Dios lo salvó, ahora tiene que someterse a una dieta rigurosa, bajo tratamiento médico.
* El autor es periodista.
Víctor De La Hoz
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