El dulce olor a lluvia

Las fragancias activan  en nuestro cerebro instantáneamente a sensaciones que nos conectan  a sentimientos del pasado. Científicamente nuestro gusto por el olor a la tierra húmeda es un legado ancestral, que establece una sólida conexión con el resurgimiento y supervivencia, a los que amamos la lluvia sabemos que es venero de fuerza y vida.  

El Petricor, de un aroma agradable y fresco se origina esencialmente de las rocas y la geosmina; esta fragancia aflora cuando las gotas de lluvia golpean contra las rocas, en ese instante se libera aceites acumulados de las plantas, durante el periodo de sequía.

Esa precipitación hace que las esporas se liberen y permanezcan en el aire, dando lugar a esa deleitante aroma a tierra mojada. Se cree también que los camellos logran percibir este olor, que los ayuda localizar agua en un lugar cercano. 

El bulbo olfativo está vinculado con nuestro sistema límbico, encargadas de regular fisiológicas y emocionales de nuestro cuerpo. ¿Te has preguntado alguna vez, porque te gusta el olor a tierra mojada? ¿Será que realmente es una herencia de nuestros antepasados? 

“Me encanta el olor a lluvia porque me recuerda a ti, cada gota lleva tu perfume y salgo a jugar al patio, solo para empaparme de ti. Son cortos los veranos y largos los inviernos lluviosos, aunque ya te fuiste, siempre estarás…mientras siga lloviendo”. E.Maytín. * El autor es docente.  

Ernesto Maytín III 
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