Opinión

Bermúdez: La táctica del escándalo

18 de marzo de 2021

¿Cómo transformar en banal un problema de fondo? Con un escándalo cada día, que cause asombro o indignación por considerarlo contrario a la moral o a las convenciones sociales, que dure unas 24 horas, que luego se trivialice y al día siguiente surja uno nuevo.

No importa que no sea cierto, o mejor si lo es, de esa manera se le puede dimensionar y dirigir hacia propósitos específicos. ¿Cuál es la idea? Explotar al máximo esa palabra llamada percepción, generar formas de pensamiento que permitan generalizar una crítica marginal, o convertir una irregularidad particular en un lamento de todos. Así todos llegaremos a la misma conclusión: “pero qué mal andamos”.

No importa que el mundo le reconozca méritos al país, que la paz social predomine en el ambiente, que las cifras de la pandemia bajen significativamente, o que cada uno tenga la sagrada posibilidad de armar la algarabía que le convenga en un exacerbado rejuego democrático.  

NO, lo importante es elevar el problema a la categoría de zozobra, a la incertidumbre colectiva, al asombro vacuo y a la frustración en un diálogo de sordos.  

Para el análisis serio, sin embargo, nada de sorprendente tienen los problemas políticos, sociales o institucionales que han aflorado hoy.

Son resultado de una acumulación que en el último decenio reorientó la economía y abandonó problemas sustanciales.

La quiebra del sector agropecuario, por ejemplo, devino tras una política comercial, aplicada de manera similar por los dos gobiernos de esos periodos, y que privilegió las importaciones por encima de la seguridad alimentaria; la única manera de superar el trauma era con la política progresista aplicada por la actual la administración, y que se ha reflejado en el crecimiento del sector, pese a lo difícil que ha sido el año 2020.

Los temas de una justicia, costosa, ineficiente, tardía y tramposa, que tuvieron desde el primer año de este gobierno un esfuerzo transparente, terminó con la ventaja y el juega vivo de quienes pedían institucionalidad, solo para un lado.

¿Qué se podía esperar de la situación de los albergues si entre 2009 y 2019 solo se cerró uno, y poco o nada se hizo ante los abusos que se cometían contra los menores?  

Solo a partir de julio de 2019 el tema se abordó con la rigurosidad que reclamaba, aunque recientemente se ha querido presentar ante la sociedad un informe de la Asamblea Nacional como el gran descubrimiento, en lo que parece, más que una sana preocupación, parte de una campaña proselitista.  

Ni uno solo de los escándalos ocurridos en el quinquenio pasado ha tenido la atención del ministerio Publico; aquellos de alto perfil siguen estancados esperando la prescripción y los 15 mil millones de dólares con que se endeudó el país no han merecido la atención de los exhaustivos medios de comunicación.

Todo pareciera estar orquestado para acorralar a un gobierno que como el de Laurentino Cortizo Cohen ha dedicado todos sus esfuerzos a atender los problemas importantes del país.

Perola táctica el escándalo lleva dentro un germen que, a contrapelo de quienes lo practican como ejercicio de coyuntura, puede sobrevivir a un quinquenio con consecuencias tan nefastas como las siguieron a la derogación dela Reforma Educativa en 1979.

La mentira también es un modelo que impone conductas, no todo el tiempo a favor del Estado que algunos dicen defender.

 

 

Julio Bermúdez Valdés
[email protected]
Periodista

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