Valores ejercicio de vida universitaria

Cuando nos referimos al ejercicio de la vida en la universidad, constituye un halo de rectitud y comportamientos que aunados a una serie de principios y valores lo llevan al pináculo de la valoración social.

De esta forma se consagran muchos profesores que se han entregado a la docencia en función de los más preciados intereses en la formación de nuestros estudiantes.

Pero la conducción del docente para el ejercicio de la docencia no solo conlleva la función de transmitir el conocimiento, sino que también debe revestirse integralmente con comportamientos dignos de la función que ejerce.  

El cambio de posición de una persona en este caso de un docente por intereses económicos, de ofrecimientos, o de compra de conciencias, irrumpe en el concepto y los valores de orden moral del individuo.

Y es que cuando se empeña la palabra, debe ser consecuente con los actos que realiza y no lo contrario.

Pero creemos que existe un eco palpitante en la conciencia que puede repetir constantemente un comportamiento social negativo realizado.

Pero dirán algunos que no tienen conciencia en virtud que fue comprada para saciar algunos apetitos de tipo económico o de otra especie.

Y es que los valores poseen un contenido empírico social que se fija a nivel personal de actitud o como hemos señalado de conciencia en cada individuo.

El profesor se considera como una figura que transmite valores y debe crear el medio para que éstos puedan ser transmitidos en forma natural.

Sin embargo, los valores como cualidades dependen de la actitud de las personas para satisfacer necesidades y es aquí donde se irrumpe en los compromisos realizados cuando existen promesas para satisfacerlas.

Cuando esto ocurre ¿qué ejemplo podemos darle al conjunto social al que pertenecemos? Pues solo la irrupción del compromiso, de la palabra o de acciones acordadas.

Un muy mal mensaje a las nuevas generaciones y al componente social en que se vive.

Omar O. López Sinisterra
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* Profesor Titular Universitario.