Opinión

Una nueva institucionalidad para Panamá

02 de marzo de 2021

Todo Estado es gobernado por hombres y su mayor logro es su Institucionalidad. La institucionalidad de un país se encuentra configurada en su Carta Magna y la vida política democrática es gobernada por las instituciones que enmarcan el proceso político-democrático donde participan actores políticos, recursos y procesos.

El Estado es de hecho, plenamente institucional y es el principal responsable de la calidad de las políticas y es el constructor de la institucionalidad; pero no está libre de los grupos de poder privados que florecen en la sociedad, que promueven la manipulación ilegal de las políticas públicas. 

El centro de la institucionalidad es el poder, o sea la relación jerárquica entre los individuos que ordenan y los que obedecen, en base a normas, políticas, procedimientos y métodos. Por tal razón, los cargos en las instituciones deben basarse en la calidad moral, ética, respeto, tolerancia y nivel técnico-científico de los individuos, de lo contrario, nunca será el Estado como lo queremos, con calidad institucional.  

He aquí la importancia de respetar y dignificar nuestro ordenamiento institucional y los procedimientos necesarios para la toma democrática de decisiones. 

La calidad institucionalidad debe conllevar hacia la buena gobernanza y centrarse en eliminar a sus enemigos principales: 1. Cleptocracia- Gobierno de Ladrones 

2. Partido Político Corrupto; 3. Desresponsabilidad o Rechazo de aceptar la obligación de responder al deber; 
4. Desinformación por: Falta de decisiones informadas, por no tener o ignorar información, o por tener información desactualizada o falsa y 5. Impunidad - Falta de investigar y castigar actos corruptos.

En mis clases pasadas como docente en Políticas Públicas y Políticas de Empresas, enfatizaba en conducir al fortalecimiento de las instituciones políticas formales más decisivas: La Constitución; libertades e instituciones; el Sistema de Gobierno; la Administración Pública y sus organismos de control, el poder Legislativo; el Poder Judicial y otras instituciones vinculadas; el sistema electoral, el sistema de partidos, los partidos políticos y otras organizaciones. 

Merecemos un mejor país: hay que estar alertas, informarnos, fortalecernos cívicamente y empoderarnos, ya que no hay otra vía. 

Hoy, el país vive momentos muy críticos, en todas las instituciones e incluso sus partidos políticos. Hay que preservar la democracia con calidad institucional con esfuerzo, inteligencia, responsabilidad, carácter y un gran sacrificio para que haya progreso, ya que es a través de la calidad de las instituciones que podemos mejorar la competitividad y ésta, al éxito. 

Sin una buena gobernanza y sin calidad institucional No hay progreso.
* La autora es economista. 

 

 Zunilda Cajiga Serracín
[email protected]
 

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