Opinión

Justicia y solidaridad a nuestros adultos mayores

21 de diciembre de 2020

La semana pasada estuvimos analizando los derechos de los jubilados, pensionados y tercera edad, sobre todo en estos momentos de pandemia, en que un virus como el COVID-19 nos tiene en una de las peores crisis económicas y de salud que ha vivido el mundo.

Sin temor a equivocarnos la creación de la Ley 6 desde 1987 ha sido un beneficio sin igual a todos nuestros adultos mayores, que después de adquirir la edad de jubilación, saben que su cheque no va tener aumentos a través del tiempo para poder defenderse de las inflaciones anuales que tiene la economía.  

La leyes son cambiantes a medida que pasan los años y las mismas requieren de revisiones y adaptaciones, que los encargados de legislar tienen la obligación de impulsar para el bienestar de la ciudadanía.

La ley 6 ha sufrido cambios como el tema de los “Cruceros” que en un inicio no eran parte de los descuentos, por no estar incluidos en el transporte particular o privado dentro de la ley. Esta omisión trajo como consecuencia una modificación de ley para incluir a los “Cruceros” dentro de los beneficios de la Ley.

Ahora bien, actualmente hay una cantidad de ejemplos en los cuales consideramos que debe aplicarse descuentos que nos están en la ley y que deben llevarse a la Asamblea Legislativa para que se incorporen.

Uno de ellos es la televisión por cable, ya que los descuentos establecidos en la ley son el agua, energía eléctrica y teléfono residencial, de lo cual podemos decir que solamente aplica a una sola cuenta, y no se toma en consideración que muchos jubilados mantienen una residencia adicional a la que constituye su vivienda principal, como las casas de descanso, en el interior del país.

Importante resaltar, que en cuanto  a la rebaja  en telefonía, esa disminución se hace sobre el cargo fijo, más no sobre las llamadas a número móviles o de larga distancia y tampoco al servicio de Internet.

Así mismo tampoco son contemplados en la Ley la tasa de aseo, membresía en clubes privados, fiestas en restaurantes y hoteles, compras en supermercados y/o almacenes de algunos productos.

Por todo lo antes expuesto consideramos que los diputados podrían modificar la Ley en beneficio de los jubilados en estos ejemplos que no fueron tomados en cuenta al momento de legislar, independientemente que algunos comercios comiencen a hacerlo por atención al cliente o solidaridad. 
 

MAGISTER PEDRO M. MEILÁN N.
[email protected]
@metrolibrepty 


 

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