Opinión

El Cuarto Poder

23 de noviembre de 2020

Las naciones que se rigen por conceptos democráticos fundamentan su existencia en la separación de poderes. Esos poderes están conformados por el Poder Judicial, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. En la separación de poderes ningún poder debe tener preponderancia sobre los demás poderes, deben ser independientes y las decisiones de un poder no pueden ser invalidadas, anuladas o modificadas por otro poder.  

El estado de derecho tienes tres funciones. Crear las leyes que regirán el estado, gobernar el país de acuerdo con esas leyes, y vigilar que todos sin excepción cumplan las leyes que se han creado. Las leyes deben diseñarse de forma que respeten el Estado de Derecho, porque si no es así, ya no estaríamos ante un Estado de Derecho.

La pieza equilibrante es quien vigile constantemente el respeto a esas leyes, ya que, por más leyes buenas, sino se respetasen no servirían para nada. Pero esta función equilibrante no está restringida a un poder en particular, es compartido y es responsabilidad de los tres poderes para mantener el equilibro.  

¿Qué ocurre cuando uno, dos o todos los poderes del estado no están realizando las funciones para las que fueron creados? Si esto ocurre el cuarto poder debe hacer sentir su poder y restablecer el equilibrio. El Cuarto poder es el pueblo soberano al cual se deben los otros tres poderes y que sin su existencia estos últimos no existirían.  

La convocatoria del cuarto poder y sus acciones para restaurar el equilibrio no depende de ninguno de los otros, la historia lo ha demostrado muchas veces.  * Autor es Máster en Adm. Industrial. 

 

Gabriel Perea
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