Opinión

Nos cambió la vida: El asalto inesperado del Covid-19

22 de octubre de 2020

La llegada de manera sorpresiva de la Pandemia Covid-19 nos ha transformado el modelo de vida de la familia panameña.

La situación actual es motivo para que los 4  millones de panameños obligatoriamente tengamos que poner en funcionamiento un plan  en nuestra forma de vivir en familia,  ya que no será igual.

Lo que prevalecerá será la movilidad virtual. La implementación  de medidas que se deben cumplir, y garantizar la bioseguridad , ha hecho que se modifique la actividad comercial,  como otras actividades que el panameño está acostumbrado a realizar.

Acudir en familia a comer en un restaurante, asistir a una sala de cine, a un concierto o cualquier otros eventos en que no son permitidas las aglomeraciones son protocolos sanitarios recomendados por el Mínsa, que no podemos pasar por alto. Esto ya no será igual.

Todo ha cambiado, incluyendo los bautizos, matrimonios y funerales, como los tradicionales eventos religiosos, ya no serán lo mismo, como se estaba acostumbrado.

Los seres queridos que fallecen no se podrán despedir sino con una reducida asistencia no menos de 15 personas,  son medidas que han hecho darle un giro de 180 grados a la convivencia del ser humano.

Pero lo beneficioso de toda esta crisis es que el Covid-19 ha hecho unir mas a la familia, poniendo como prioritario el cumplimiento de las normas de bioseguridad. Ahora en estos momentos hay que reflexionar  y  mirar hacia el futuro.

No podemos obviar que el Covid-19 aún no ha sido vencido, y no puede existir una mentalidad de relajamiento ante la apertura de algunas  actividades, porque muchos panameños consideran  que el país vive en total normalidad, no entran a valorar su salud y la familia, lo que  es inexplicable.

Un alto porcentaje de ciudadanos cumplen, y acatan las medidas de respetar las recomendaciones del Mínsa; sin embargo un  pequeño porcentaje viola las normas y allí está el peligro.

El panameño  por naturaleza lleva en la sangre  ser dicharachero y alegre, pero en medio de la Pandemia, lo más recomendable es  velar por su salud. El emprendimiento ha sido una herramienta clave para muchos, lo cual deja en evidencia que la Pandemia ha puesto  en funcionamiento la creatividad de pequeños empresarios con microempresas.

De la misma manera las grandes empresas   han tenido que transformar  el sistema comercial para la venta de sus artículos o productos. Toda esta situación ha generado un cambio al sector empresarial y comercial para no verse afectados.

La reducción de mesas y el número limitado  de  comensales en los restaurantes, y los requisitos de bioseguridad que se deberán cumplir  forman parte también del nuevo modelo de vida  del panameño.

Ahora para toda diligencia existe el orden con filas, y se tiene que llevar por obligación la mascarilla, y someterse antes de entrar a un establecimiento comercial  la revisión de la temperatura, ponerse gel alcoholado, pasar por una alfombra con “amonio cuaternario” para desinfectar los calzados, todo un procedimiento inevitable.

Las tertulias acostumbradas acompañadas con un café  y  emparedado no se podrán realizar en los restaurantes,  dónde panameños, principalmente adultos mayores, compartían horas  hablando de política o recordando viejas anécdotas.

Aquí en las actuales circunstancias tiene que prevalecer el sentido  común de toda la población, para mantener los protocolos de bioseguridad, con el distanciamiento, utilización de la mascarilla, para que el contagio del Covid-19 no se propague, con afectaciones muy serias a la economía.

Esta irresponsabilidad   puede obligar  a las autoridades del gobierno a retornar  la cuarentena total a nivel nacional.
 

 

 

Víctor de la Hoz
[email protected]
Periodista

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