Opinión

Una arteria comercial: La otrora Avenida Central

04 de octubre de 2020

Una urbe con mucho movimiento comercial siempre ha sido la Avenida Central, en la cual convergen almacenes y negocios de empresarios de distintas nacionalidades, siendo  mayoritarios los hebreos, le siguen los  hindostanes, orientales, españoles, italianos, y griegos.

En el año 1906 tres años después de la separación de Panamá de Colombia y la era independentista de 1903,  la Avenida Central se consideró la arteria urbana principal a mediados del siglo XIX, y no fue hasta 1934, mediante una ley recibe el nombre de Avenida Central.

La Avenida Central en aquellos tiempos era el centro al que acudían las familias de todas las capas sociales a efectuar sus compras en almacenes o comer algún platillo de la gastronomía que había a todo lo largo de está citadina avenida; comida italiana, española, griega y  China o  degustar un delicioso barquillo  con helado en un (Food Truck)) exclusivo para la venta  de helado.

Restaurantes como  el Panazone cerca de la Plaza 5 de Mayo, el almacén  de venta de Telas de los hermanos Malca, el Corte Inglés ubicado frente al Parque de Santa Ana, Bazar Francés, Bazar Madrid, el Almacén Diorvette, Almacén  Aldens, Almacén Army & Navy, Chambonett y Quinta Avenida, Mueblería La Europea,  Casa Zaldo y  el Almacén Jhanguimal.

Esta zona  a pesar  que había  tráfico de automóviles particulares y  transporte público (autobuses y taxis) no era molestia para los transeúntes, esto le daba vida de una ciudad alegre,  a la vista de los turistas extranjeros, que caminaban en medio del bullicio del tráfico, por ser una vía  muy transitada; otro ambiente caribeño se vivía con los vendedores de “chucherias”  como aquellos  comercios que colocaban en la acera a un empleado con megáfono en mano y  con un tono de voz de  locutor comercial fustigaba a los transeúntes,  para convencerlos de que entrarán a  realizar su compra y aprovecharan el  baratillo de X almacén.

La venta de empanadas, pastelitos y los raspaos  en el Parque de Santa Ana, en que habían vendedores en distintos puntos del parque con sus carretillas, quienes ofrecían los gustados siropes.

Algunos compradores hacían combinación de sabores el más solicitado era el sirope de sabor (rosa),  pedían el raspado con doble leche condensada y miel, y si el raspadero hacía un pequeño alto  cuando servía  le decían oiga señor póngale más, no se detenga.

La Avenida Central fue escenario de marchas y manifestaciones de movimientos estudiantiles y de trabajadores. También era una arteria de paseo familiar en horas de la noche acompañado de una brisa agradable.  

Se aprovechaba este ambiente nocturno para  hacer lo que se denomina compra de vidriera, para hacer su presupuesto y luego adquirir  lo que le gustó, luego de ver los productos en distintos almacenes.

Al llegar la modernización  y los cambios en el estilo de comercio que imprimió el año 1990, con la construcción del  centro Comercial Los Pueblos, ubicado en el Corregimiento de Juan Díaz, en el cual se concentro una cantidad de almacenes, supermercado, farmacias, bancos y restaurantes, la Arteria de la Avenida Central, perdió su esencia de Corazón Comercial.

Luego se fueron edificando otros Centros Comerciales (Malls) en dónde los panameños pueden pasarse horas, realizar compras, comer en los (Food Court), restaurantes, centros de diversión para niños y si quiere ver una película de su agrado se cuenta con salas de cines, todo en un solo lugar.

La Peatonal  se ha convertido desde el Café Coca Cola hasta la Plaza 5 de Mayo en una zona de puestos de venta de verduras, carne en palito,  buhoneros y  refrescos en carretilla. La clientela ha disminuído en los  pocos almacenes que quedan , debido a que el área es calificada como zona roja.  

Otra tónica folklórica del ambiente que rodeaba a la Avenida Central, la ponían los vendedores de lotería (chances y billetes), que estaban ubicados en ambas aceras y  esto era un laberinto de gente que se confundían en medio  los anaqueles de venta de ropa que colocaban los almacenes en las aceras.

De la Avenida Central que fuera  por muchos años un pujante centro comercial, solo quedan los recuerdos, y no podemos olvidar que fue la ruta de los desfiles  del Carnaval y Fiestas Patrias.

Se requiere una estrategia con una planificación integral  para su pronta reactivación, lo cual atraería la clientela junto con los turistas que esperamos pronto estén de vuelta.
 

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