Opinión

El impacto del Covid-19

16 de julio de 2020

Un virus es difícil de vencer y nos cambia la forma de ver las cosas después de la infección. Es  lógico decir que los efectos del coronavirus en nuestras vidas están "aquí para quedarse". Sí, una vacuna sería la estrategia de salida ideal de esta crisis.

Debemos ser cautelosos, no parece que la vacuna nos devolverá al mundo que conocíamos. No hay garantía de que una vacuna pueda ser 100% efectiva,  solo brindará protección por un período de tiempo, y es  probable que el virus cambie.  Incluso después de que su prueba de COVID-19 sea negativa, puede dejar algunas afecciones crónicas que requerirán una vigilancia por largo plazo.  

Miremos el historial de los cambios permanentes a partir de interrupciones anteriores. El brote de SARS de 2003, hasta hoy está marcado por el uso diligente de máscaras y el estrés psicológico en las poblaciones afectadas.

El 11 de septiembre  reformuló la forma en que viajamos, el diseño del aeropuerto e incluso la seguridad en los espacios públicos. La crisis financiera de 2008 cambió la forma del mercado hipotecario, las estrategias de inversión y la forma de ahorrar.  

En lugar de entrar en pánico o negar los efectos de una crisis sanitaria o económica,  debemos volver a una vida útil y orientada a un propósito, mediante una reapertura sensata. Podemos potenciar nuestra vida cotidiana durante una pandemia, un buen momento para su negocio.

Se necesitan algunos cambios prácticos que nos permiten gestionar los riesgos (porque es imposible revertirlos) y un cambio de perspectiva empresarial. Debemos respetar los cambios en la vida diaria que existen para protegernos. Serán mas comunes,  medidas básicas de higiene y  medidas de seguridad como escáneres térmicos y detectores en los puntos de seguridad fronterizos, para determinar el historial de viajeros.

Habilitar las áreas de desinfección, la tecnología de desinfección UV-C y hasta los sistemas de filtración para reciclar el aire, con filtrado recurrente en espacios cerrados.  

Serán frecuentes zonas peatonales para permitir el distanciamiento social y restringir el acceso de automóviles durante ciertas horas.

Existe una recopilación de datos de lo mencionado anteriormente, se busca tener una base nacional de datos. Poder localizar y  rastrear individuos que nos ayude  a predecir y prevenir nuevos brotes o proporcionar algoritmos para administrar las operaciones en su lugar de trabajo,  programando fuerza laboral o turnos con menor exposición.
* Especialista en Medicina del Trabajo
 

Daniel Abrego Echeverría  
[email protected] 
 

TE PUEDE INTERESAR