Opinión

Primer año del gobierno

22 de junio de 2020

A pocos días de cumplirse el primer año del gobierno del presidente Laurentino Cortizo y como es lógico suponer, es importante analizar con justicia las fortalezas y debilidades del mismo, entendiendo que el escenario que le ha tocado vivir no ha sido ni normal y mucho menos esperado.

Es más, me atrevería a jurar que ninguno de sus adversarios en la contienda política hoy le envidian su triunfo y de seguro, tampoco asumirían la posibilidad de que ellos lo hubieran hecho mejor. No es cuestión de restarles ni capacidad ni méritos, sino la realidad de una pandemia que hubiera destrozado, como ahora, cualquier plan de gobierno.

Casi la totalidad del esfuerzo se ha concentrado en dar respuesta a las necesidades que no han sido pocas, e igual, enfrentar un caos económico producto de una obligada cuarentena que ha sumergido al país en un distorsionado concepto de una actividad económica real. Para algunos, lo que estamos viviendo es un caos. Es cierto.

Los efectos del Covid-19 nos han sumido en una tragedia que ha exigido mucho esfuerzo de parte de las autoridades. Con muchos aciertos y algunos errores, porque nadie puede estar ni siquiera medianamente preparado para lo inesperado y sin que exista un remedio para contrarrestar sus efectos.

Sin embargo, sería incorrecto restar méritos a todo lo realizado para atender a la población contagiada, reforzar la atención médico hospitalaria, y paliar las necesidades de una población que en gran número ha quedado en penuria económica.

Sin olvidar que el nuevo gobierno recibió un país prácticamente arruinado y con una administración pública en crisis, con deudas que ni siquiera estaban registradas; o sea un panorama casi a nivel de desastre, poco envidiable y que requeriría de un extraordinario esfuerzo para sobreponerse.

Nos hemos quedado con un solo escenario que demandará, una vez controlado el corona virus, de un gobierno y un pueblo dispuesto a empinarse sobre la tragedia. Donde se imponga la solidaridad sobre las mezquindades políticas.

 

 Euclides M. Corro R.
[email protected]
* El autor es periodista. 

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