Opinión

Coraje contra la infamia

09 de marzo de 2020

La profesión de periodista me ha permitido a lo largo de poco más de media centuria, observar cómo muchas veces los medios informativos se valen de las mentiras y medias verdades para fines exclusivamente políticos, sin medir las consecuencias que tal actitud pueda conllevar.

He discutido ampliamente sobre la sonada libertad de prensa que sólo es válida para los dueños de los medios, mientras que a los comunicadores nos queda el recurso de reclamar el derecho a la simple libertad de expresión. 

Que igual corresponde al resto de los asociados. Para algunos esto sonará un tanto “semántico”, pero es la realidad. Por ello, no dudo al cuestionar a los que se valen de golpes bajos buscando en el fondo dañar o perjudicar a los actores de influencia política. Muchos se lo merecen, pero hay otros que se convierten en víctimas de esa acción voraz, irresponsable y mediática.

La semana pasada un medio dirigió “sus cañones” contra un elemento joven de la actividad gubernamental, que hasta el momento ha venido demostrando un importante esfuerzo por servirle al país. 

Me refiero a Gaby Carrizo, ministro de la Presidencia y Vicepresidente de la República. Para fortuna, ha tenido un recurso importante a su favor: la verdad. Esto le ha permitido enfrentar cada uno de los argumentos expresados por un medio impreso en su contra, quedando en evidencia que tras de toda esta trama el único objetivo es afectarlo políticamente.

Es importante que quienes se desempeñan en puestos públicos enfrenten cualquier acusación que se les hace porque al final del camino el que “calla otorga”.

Permitir que otros acusen sin consecuencias, es convertirse en parte de la canallada.  Esta experiencia debe ser ejemplo para los que prefieren el silencio en vez de enfrentar los ataques. El señor Carrizo ha hecho lo pertinente. Salir a la palestra pública a rebatir y a demostrar que la infamia tiene un límite, y esto es determinante. Ojalá otros sigan su ejemplo.
* El autor es periodista. 

 

 Euclides M. Corro R.
[email protected]

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