Reseña del 20 de diciembre

El 20 de diciembre de 1989 se desarrolla en nuestro país la fase final de un proceso de socavasión del estado panameño, proyecto que fue planificado desde la campaña de Ronal Regan con la intensión de retomarse el Canal de Panamá y su territorio adyacente.

El proyecto de desestabilización es recomendado al Presidente Reagan en el documento Santa Fe 1, punto 4, y los puntos anteriores sirven como base o plataforma para las intervenciones en Latinoamérica en especial Panamá.

El plan Reagan – Bush financiado por transnacionales poderosas con el Banco Mundial y apoyado en actores internos con un acumulamiento de rencores y sin escrúpulos como lo son la oligarquía; este proyecto inicia las acciones con la operación Halcon en vuelo que es ejecutada el 31 de julio de 1981 con la desaparición física del General Omar Torrijos, como objetivo alcanzado.  

Una vez desaparecido Omar Torrijos toma cuerpo la destorrijisación del país, que parte de un volver al escenario político del cuerpo armado que ya Torrijos había replegado a los cuarteles, esta actitud fue apoyada por el departamento de estado norteamericano como punto clave para la desestabilización, empujando así a figuras de alto escalafón a aflorar sus ansias de más poder.

Por otro lado estaba el respaldo a la oligarquía resentida a promover una sedición fuerte en Panamá con el fin de alcanzar el desgaste político y administrativo en el estado panameño. Surgen hechos que a muchos no les conviene recordar, la lucha por el poder en el cuartel central trae como resultado la jubilación de un General buscando una postulación presidencial oficialista con el respaldo de la todavía Guardia Nacional, sin embargo lo que pensó que había sido un buen salto resultó un salto sin paracaídas; en el bando opositor siempre hay figuras que dicen ser oposición pero lucran del gobierno y es así como el General que quería ser presidente es postulado por quien muy poco antes decía adversarle.  

El 20 de diciembre los mártires no los pusieron ni la oligarquía ni sindicato alguno, los mártires representaron la clase digna de Panamá.

Dalmiro Elías Rodríguez Rudas 
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