Opinión

¿A quiénes consultar?

02 de diciembre de 2019

Coincido con la tesis  de que todo documento que tenga que ver con el destino de los ciudadanos, debe merecer el mayor nivel de consulta. Este es el caso de las reformas a la Constitución de la República. Se trata de las reglas más importantes que regirán la conducta y derecho de todos los que vivimos en este país. 

Sin embargo, escucho con preocupación el planteamiento de los que aseguran que todos debemos ser tomados en cuenta para decidir qué se quiere y qué no se quiere. Una empresa hartamente difícil porque al final del camino es improbable que todos coincidamos.

Es oportuno resaltar que “la Constitución es el conjunto de normas fundamentales de un Estado soberano, las cuales suelen estar expresadas de forma escrita y fijan los límites y las relaciones entre los poderes del Estado y entre éstos y los ciudadanos”.

Tal explicación nos señala la importancia del tema que está en el tapete de la discusión pública. Ahora bien, reitero mi percepción sobre hasta dónde puede un gobierno garantizar que esta consulta trascienda a la mayoría sin que la misma no se convierta en una “torre de Babel”, en la que al final nadie esté de acuerdo.

Y es que, si tomamos como ejemplo lo sucedido en la Asamblea Nacional donde se incluyeron temas que según los expertos, poco o nada tenían que ver con las reformas constitucionales y de paso las protestas paralelas, no sé si fue peor la medicina que la enfermedad.

Trato de ponderar la evidente posibilidad de que exista un acuerdo nacional en la que todos queden satisfechos. Por supuesto que quienes pretenden incluir el matrimonio entre personas del mismo sexo, deberán comprender que este asunto tendrá que dirimirse en otras instancias.


Es hora de que la mesura se imponga. Entender que debemos buscar puntos de coincidencia, pero a la vez sin entrar en el detalle de cosas que solo incumben a unos cuantos.

Euclides Corro 
[email protected]
* El autor es periodista. 


 

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