Opinión

Los panameños somos únicos

29 de noviembre de 2019

No es para presumir,  pero, la verdad es que, en medios internacionales serios, se  ha resaltado la decisión  de nuestra   Asamblea Nacional, en las reformas constitucionales,  de reconocer solamente  el matrimonio entre un hombre y una mujer.

La decisión de nuestra Asamblea es un acontecimiento ejemplar  extraordinario para un país pequeño en  mundo  confundido  por  el relativismo y contaminado por   la Ideología de Género, que promueve, con amenazas y con el sello de las Naciones Unidas,   el “matrimonio  igualitario”.

En esa  cosa se traiciona y se desconoce la naturaleza, lo normal, lo que conduce a    diferenciar entre    el bien y el mal en sus dimensiones superiores del pensamiento y la razón.  Defender el matrimonio normal es defender a la familia, es patriotismo puro.  

La familia normal es   roca  sobre la que se construye una sociedad fuerte, resistente a todas las aberraciones sociales y políticas  fomentadas y alentadas por el “progresismo” de la Nueva Izquierda, como son identificadas esas corrientes ideológicas contrarias a la verdad. 

Cuando nuestros diputados, tan criticados (con razón, algunas veces), demuestran su alto calibre, hay que reconocérselo. Sólo hay que dialogar con buena fe y sabiduría. Y barrer la basura, que tanto  puede haber en la Asamblea como entre sus críticos.   Así es la democracia. 

Miguel Espino 
[email protected]
* Periodista. 

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR