Una Asamblea rumbo al despeñadero

Pretender que los miembros  de la Asamblea Nacional se conviertan en simples mirones en la discusión de la propuesta de reformas a la Constitución Política del Estado, sería un error. Sin embargo, es una pena que ellos mismos se descalifiquen de esa tarea por culpa de sus absurdas propuestas.

No entendemos cuál es el propósito de esa actitud que pareciera pretender desfigurar lo que debe ser el verdadero contenido de este documento en el cual se debe sustentar la democracia del país y la conducta de los que aquí residen.

Estoy seguro que de continuar lo que hasta ahora hemos visto y escuchado, al final tendremos un mamotreto cuyo destino no será otro que el rechazo de la comunidad nacional a la hora en que se le consulte sobre la conveniencia o no de las reformas en cuestión. Y no hay que hacer ningún esfuerzo para llegar a esa conclusión.

Los cambios que se están planteando simplemente lanzan al tinaco el esfuerzo realizado por el grupo de expertos que integran la Concertación Nacional para el Desarrollo, integrado – reitero- por figuras muy preclaras del país.

Es evidente que los cambios que se le quieren introducir a la propuesta original enviada por el Ejecutivo, no forman parte de las consultas que hizo la  Comisión de Gobierno de la Asamblea ante diferentes estamentos de nuestra sociedad Lo extraño de todo esto es lo que finalmente está sucediendo en las sesiones del pleno legislativo, con aportes que más bien parecieran “petardear” el objetivo de modernizar nuestra carta magna.

Ojalá la mesura y el buen criterio se impongan para nos puedan convencer, los diputados, que realmente les preocupa el futuro de la patria. Y es que nadie en su sano juicio puede justificar el triste espectáculo actual que a todos nos avergüenza.

 Ojalá lo entiendan así porque de lo contrario, no sería difícil pronosticar que la única salida sería dejar todo en manos de una Constituyente Paralela antes de irnos al despeñadero.

Euclides Corro
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*El autor es periodista