Opinión

Denle oportunidad a Nito

16 de septiembre de 2019

Siendo muy joven tuve la oportunidad de conocer a un excelente periodista, un profesional de pensar muy profundo, llamado Rafael Núñez Zarzavilla, ya difunto, quien no solo fue mi jefe en el diario Matutino, sino también padrino de mi boda por lo civil.  

En una de nuestras tantas pláticas reiteraba que uno de los graves problemas de los gobernantes  era que en ese afán político de ser populistas, caían en el pecado de crear falsas expectativas, las que al no ser cumplidas, se tornaban en frustraciones.

 Esto es cierto. Sin embargo, soy un convencido que los mandatarios al llegar al poder deben tener a su favor un lapso que les permita conocer el terreno que pisan, enterarse de todos los problemas heredados, y en ese andar, buscar soluciones que den respuesta a los problemas de los asociados.

Dentro de esta perspectiva, no se vale que en el caso del nuevo gobierno, liderado por el ingeniero Laurentino “Nito” Cortizo, los que fueron desalojados de la administración pública dejando una estela de incapacidad, se dediquen a organizar y montar campañas para distorsionar y demeritar las acciones del nuevo mandatario.

Nadie puede negar que en estos poco más de dos meses, Panamá vive la presencia de un nuevo gobierno que está demostrando un gran esfuerzo por mejorar la realidad social y económica del país. Es decir, haciendo las cosas como se tienen que hacer. 

El gobierno anterior dejó una economía empantanada y una gestión excedida en los límites de su presupuesto, creando una situación difícil y desesperante.

 Sin embargo, Cortizo y su grupo han respondido con decisión, buscando alternativas enmarcadas en la realidad y sin caer en el pecado de las falsas expectativas que como decíamos, únicamente fomentan las frustraciones, y eso es importante y digno de ponderar.

Reitero que es inaceptable que sean precisamente estos grupos políticos desplazados del poder, los que vez de sentir vergüenza se dediquen a promover ataques, en vez de  guardar silencio

Euclides M. Corro R.
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* El autor es periodista. 

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