Opinión

Presupuesto y Universidad

29 de agosto de 2019

El mayor pecado que está cometiendo el buen gobierno es no decirle en detalle a la opinión publica a cuánto asciende el hoyo que dejó el anterior gobierno en las finanzas nacionales, y el impacto de tal situación.

No decir, ministerio por ministerio o entidad autónoma por entidad autónoma, cuáles han sido las anomalías encontradas.Aun cuando en sus primeros 56 días, la administración Cortizo ha dado paso a una serie de medidas destinadas a reactivar la economía, omitir esa información puede acarrearle responsabilidades que encuentran su origen en el pasado lustro.

Por ejemplo, la readecuación presupuestaria que se ha visto obligada a llevar adelante y en la que han resultado afectadas las universidades oficiales del país.Como dice Rekha Chandiramani esta mañana en La Estrella de Panamá: “Las cifras no acompañan los compromisos en el tema educativo listados en el plan de gobierno de Laurentino Cortizo”, y lo obliga al contrasentido de afectar esta materia, a la que ha identificado como la estrella de su gestión.

De por sí limitadas, sería conveniente y justo que respecto a las Universidades del Estado, el gobierno buscara una fórmula que las ponga a salvo de estas consecuencias heredadas, aunque no dejan de tener razón quienes se preocupan por la forma como pueden reaccionar otros sectores.

La educación es la vena vital de la sociedad, las afectaciones que se le puedan acusar poseen consecuencias a largo plazo, e impactos inmediatos como los reclamos que puedan salir de esas casas de estudios superiores.

Es innegable que la herencia de la década ha dejado en manos del nuevo gobierno una serie de minas sociales de explosión retardada, que podrían ser activadas antes, sino se aplican medidas que en lugar de prohijar protestas, hagan que la sociedad entienda por qué los de hoy deben ser sacrificios compartidos. 

Julio Bermúdez Valdés
[email protected]
* Periodista. 

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