Cultura

Investigadores encuentran enorme árbol fósil en la meseta andina central

28 de agosto de 2020

En una expedición a la meseta andina central, los investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y sus colegas se sorprendieron al encontrar un enorme árbol fósil enterrado en la fría Pradera del altiplano central. 

El registro de fósiles de plantas de este sitio de alta elevación en el sur de Perú contiene recordatorios sobre los drásticos cambios ambientales que sufrieron las montañas de los Andes durante los últimos 10 millones de años, aunque no de la manera que sugieren los modelos climáticos del pasado. Los hallazgos de la expedición se presentan en la revista Science Advances. 

“Los cientos de muestras de madera, hojas y polen fósiles que recolectamos en la expedición, revelan que cuando estas plantas estaban vivas el ecosistema era más húmedo, incluso más húmedo de lo que predijeron los modelos climáticos del pasado”, comentó Camila Martínez, becaria de STRI, quien recientemente terminó su doctorado en la Universidad de Cornell. “Probablemente no exista un ecosistema moderno comparable, porque las temperaturas eran más altas cuando estos fósiles fueron depositados hace 10 millones de años”, dijo. 

Fósiles de cinco millones de años de los mismos sitios confirmaron que había nacido el ecosistema de la Puna que ahora domina las altas mesetas de los Andes: las muestras de polen más jóvenes provenían principalmente de pastos y hierbas, en lugar de árboles. El material de las hojas era de helechos, hierbas y arbustos, lo que indica que la meseta ya se había elevado a su altitud actual.

“El registro fósil en la región nos contó dos cosas: tanto la altitud como la vegetación cambiaron drásticamente en un período de tiempo relativamente corto, lo que respalda una hipótesis que sugiere que el levantamiento tectónico de esta región ocurrió en pulsos rápidos”, comentó Carlos Jaramillo, científico de STRI y líder del proyecto.

“El levantamiento de los Andes jugó un papel importante en la configuración del clima de América del Sur, no obstante, la relación entre el ascenso de los Andes, el clima local y la vegetación aún no se comprende bien”, comentó Martínez.

Agregó que “para fines de este siglo, los cambios en la temperatura y las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono volverán a aproximarse a las condiciones de hace 10 millones de años. Comprender las discrepancias entre los modelos climáticos y los datos basados en el registro fósil nos ayuda a dilucidar las fuerzas impulsoras que controlan el clima actual del Altiplano y, en última instancia, el clima en todo el continente sudamericano".

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