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Los sindicatos luchan por mantener la movilización contra la reforma clave en Francia

07 de febrero de 2023

Las manifestaciones contra la impopular reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron registraron este martes un menor seguimiento en Francia, donde los sindicatos están decididos a continuar su lucha el sábado con nuevas protestas y amenazan con "huelgas más duras".

"El mensaje de esta noche será un llamado a manifestar masivamente el sábado", aseguró Laurent Berger, líder del principal sindicato, la CFDT, para quien el gobierno cometería una "locura democrática" si no escucha el rechazo mayoritario.

Unas 757.000 personas, según el ministerio del Interior, y "casi dos millones", según el sindicato CGT, manifestaron en Francia para aumentar la presión sobre el Parlamento, que tiene de plazo hasta marzo para pronunciarse sobre dicha reforma.

Esta tercera jornada de huelgas y manifestación, en plenas vacaciones escolares de invierno en varias regiones, es menor que la movilización del 31 de enero (entre 1,27 y 2,8 millones de personas), la mayor contra una reforma social en tres décadas.

Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen al retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y al aumento para 2027 de 42 a 43 años del tiempo de cotización necesario para cobrar una pensión completa, como propone el gobierno.

Pero, pese al fuerte rechazo, el gobierno mantiene su plan, que busca a su juicio evitar un déficit de unos 14.600 millones de dólares en la caja de las pensiones para 2030 y acercarse la edad de jubilación a la de otros países europeos.

Por ahora, la relación de fuerzas parlamentaria le favorece. El lunes, en la primera jornada de debate plenario en la Asamblea (cámara baja), 292 diputados votaron en contra y 243 a favor de una moción de la izquierda que pedía la retirada del proyecto.

"El inmovilismo no está permitido", subrayó el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, quien defiende una reforma "abierta a mejoras".

- "Bloquear el país" -

La perspectiva de un endurecimiento de las protestas planea. El líder de la CGT, Philippe Martinez, pidió huelgas "más duras, más numerosas, más masivas e indefinidas". "Si el gobierno sigue sin escuchar, tendremos que pasar al siguiente nivel", advirtió.

Una visión compartida por manifestantes. "Si queremos que el gobierno ceda, la única manera es bloquear el país, el transporte, la energía, la juventud", dijo Arnaud Rougier, de 55 años, en Toulouse (sur).

El éxito de la movilización está en las manifestaciones masivas y mayoritariamente pacíficas. Este martes, se registraron algunos choques en París con la policía, que detuvo a 17 personas, según un balance provisional de la prefectura.

Por su parte, las huelgas, que afectaron sobre todo al sector de los transportes, educación y energía, no han logrado paralizar la economía francesa.

El servicio de trenes y el transporte público de París estuvieron de nuevo este martes "perturbados", aunque menos que en las anteriores, y se canceló un vuelo de cada cinco en el aeropuerto parisino de Orly.

La CGT reivindicó una caída de 4.500 MW de producción de energía, equivalente a más de cuatro reactores nucleares, por los paros en este sector, así como una huelga del 75% y 100% en las refinerías de Total Energies (un 56% según la dirección).

Aunque la reforma es una promesa electoral de Macron, los observadores estiman que su reelección en 2022 se debió en gran parte al deseo de los electores de evitar la victoria de su rival en el balotaje, la ultraderechista Marine Le Pen.

Semanas después, el oficialismo perdió su mayoría absoluta en la Asamblea. Ahora espera el apoyo de la oposición de derecha Los Republicanos (LR) --favorable a la reforma pero con algunos cambios--, ante la negativa de las fuerzas de Le Pen y de la izquierda.

El gobierno escogió, no obstante, un procedimiento parlamentario que limita el tiempo de debate en las dos cámaras del Parlamento y le permite aplicar su plan, si estas no se han pronunciado para el 26 de marzo.

Con la cuenta atrás activada, las miradas están puestas en los diputados. El exterior de la Asamblea amaneció con pintadas que proclamaban "64 años es no" o "Justicia fiscal", antes de ser borradas.

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