Internacionales

La dura vida de los obreros extranjeros en la ciudad del futuro de Senegal

08 de febrero de 2023

Cuando Mohamed empezó a trabajar en la obra de la nueva sede de Naciones Unidas para África del Oeste, en Senegal, le enorgullecía decir que trabajaba "no solo para África, sino para el mundo".

Este fontanero sierraleonés de 25 años se mudó a Diamniadio, a unos 40 km de Dakar, atraído por la perspectiva de trabajar en la construcción de uno de los mayores proyectos urbanísticos de África del Oeste.

Con sus ministerios, sedes de organizaciones internacionales y de empresas y sus instalaciones deportivas, la nueva ciudad de Diamniadio, pensada para aliviar la presión sobre la capital, es el escaparate del plan del presidente Macky Sall para fomentar el despegue económico de su país.

Hace nueve meses, los sueños de Mohamed se fueron al traste cuando el aparato de aire acondicionado que estaba instalando cayó y le cortó un dedo y parte del pulgar. Disminuido, afirma que lo despidieron sin indemnización. Desde entonces, más que vivir, sobrevive con pequeños trabajos.

La AFP habló con más de una decena de migrantes de Sierra Leona, Guinea y Nigeria que trabajaban en Diamniadio.

Los relatos que cuentan son los de una vida de miserias, con jornadas de trabajo interminables por el salario mínimo, pasando las noches en unas viviendas colectivas decrépitas, y con el temor a lesionarse rondando en todo momento. La AFP modificó sus nombres para mantenerlos en el anonimato.

"Nos dijeron que nuestro sueldo era el precio de nuestra alma. En una palabra: esclavitud", afirma Alpha, un Guineano, montador de estructuras de acero.

En Senegal, la precariedad está muy extendida. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 9 de cada 10 trabajadores tienen un empleo informal.

- "Condiciones inhumanas" -

La nueva oficina de la ONU en Senegal es una estructura espectacular de 60.000 metros cuadrados. Con un gran complejo deportivo, el Dakar Diamniadio Sports City, es una de las construcciones estrella de la ciudad nueva.

Aunque el código de trabajo senegalés establezca que todos los trabajadores tienen derecho a un día de descanso a la semana, los obreros que allí trabajan afirman que en ocasiones lo hacen hasta 13 horas diarias los siete días de la semana, y que lo que les pagan equivale a unos 7 dólares diarios, o menos.

"Evidentemente, son unas condiciones inhumanas", afirma Seydi Gassama, responsable de Amnistía Internacional en Senegal. "Todos los trabajadores deben poder trabajar y tener días de descanso, sean senegaleses o internacionales".

Todos los trabajadores con los que habló la AFP declararon que no habían firmado ningún contrato.

Bakary, otro sierraleonés, se lesionó en la cabeza y asegura que lo enviaron a casa, sin sueldo.

Según dice, sus superiores no lo llevaron al médico y tampoco le dieron opción: o volvía a su puesto al día siguiente o perdía el empleo.

"Son muy malos y gritan e insultan a los trabajadores. Aunque estés agotado, te fuerzan a" trabajar, comentó por su parte Alpha.

Algunos aseguran que incluso los han golpeado.

"Todos los días gritan, gritan, te pegan, te maltratan", explica Ibrahim, un obrero de 26 años. Si algún trabajador le pega a su jefe en respuesta, lo despiden. "Así que cuando [el jefe] te pega, te toca [...] aguantar y volver al trabajo".

Los trabajadores extranjeros afirman que envían hasta la mitad de sus ingresos a sus familias.

A Mohamed, el fontanero, le gustaría ir a la policía pero, como extranjero anglohablante y sin ningún documento que pruebe el accidente que tuvo, teme que esto no haga más que agravar su situación y no volver a encontrar trabajo.

- Legislación laboral -

Pero, según He Shenjian, director general de WIETC para África del Oeste, la empresa china encargada de construir la sede de la ONU y el complejo deportivo, todos los trabajadores fueron declarados a la seguridad social. Además, en caso de accidente, tienen cobertura médica y se les paga hasta su recuperación, afirmó.

Según explicó a la AFP, el trabajo nocturno y en fin de semana es "excepcional" y solo se realiza de forma voluntaria.

Por su parte, Madani Tall, jefe de obra de los dos sitios, señaló que los trabajadores son jornaleros, un estatus para el cual "la ley senegalesa no exige ningún contrato".

Sin embargo, todos los obreros con los que habló la AFP afirmaron que recibían el sueldo mensualmente.

Madani Tall y He Shenjian confirmaron que dos personas murieron en la obra de la sede de la ONU, uno por una crisis de epilepsia y otro por un accidente.

El Coordinador residente de Naciones Unidas para Senegal no respondió a las preguntas de la AFP y las autoridades gubernamentales encargadas de Diamniadio afirmaron que este asunto no era de su competencia.

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