Editorial

Un desafío para la sociedad

24 de mayo de 2020

El tema del suicidio debe ser abordado con la seriedad debida. En muchos aspectos un tabú que se soslaya, su incremento actual es uno de los estragos colaterales del Covid-19, lo que exige no pasarlo simplemente a cuenta de estadísticas.

Como verdadero problema social, contados países disponen de políticas para su tratamiento tanto científico como clínico a nivel abarcador de la población, así que las falencias comienzan en la falta de protocolos para alertas tempranas, y diagnósticos acertados, si bien es cierto que en el plano local existen profesionales capacitado para su atención. 

Concurrente en el plano público de la cuestión, es condenable el comportamiento de quienes medran en el seguimiento casos de esta naturaleza para volcarlos a las redes sociales con el ánimo de exacerbar la morbosidad rapaz de algunos. 

Por baja y ruin, y contrapuesta a la comprensión, solidaridad y ayuda concreta que debe darse a los afectados, tal conducta avergüenza a la condición humana.

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR