Editorial

EDITORIAL: Los absurdos que dejan consecuencias

30 de marzo de 2020

 Pocas veces se ha visto manifestado lo absurdo de que los gobiernos que llegan descarten proyectos y obras de interés general emprendidos por la administración anterior, como se constata hoy de cara a las necesidades que plantea la pandemia Covid-19.

Se trata de lo dejado de hacer durante el quinquenio previo con relación a la infraestructura hospitalaria del país.

Es costumbre aquí descartar lo que ya está en marcha, porque se le considera innecesario, se piensa que se puede hacer mejor, o simplemente por revanchismo político; la mayoría de las veces.

Cuánto pudieron servir, en estos difíciles momentos sanitarios, obras como la Ciudad de la Salud y otras instalaciones, dejadas a medio palo porque fueron otras las prioridades decididas.

Al salir de esta emergencia, deben activarse mecanismos ágiles y dinámicos que aseguren la conclusión a tiempo de las obras públicas que se consideren más importantes. 

En esto mucho tendrá que ver la manera como se utilice la Ley de las APP. Para la ciudadanía resulta incomprensible que construcciones como la del Hospital del Niño, permanezcan entrampadas  en procesos al parecer concebidos para que nada funcione, o lo haga al viento de objetivos distintos a los del bien general de todos.

 

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