Editorial

Los desafíos del coronavirus

16 de marzo de 2020

Además del riesgo que comporta para quienes trabajan en las diversas áreas de la salud su exposición directa a las posibilidades de contagio de virus como Covid-19, enfermeras panameñas denuncian las agresiones y discriminación que sufren de parte algunas personas, llegando al punto de que se les niegue hacer uso de taxis o se les obligue a bajarse de los buses.

La situación obedece a que se desplazan en uniforme de trabajo. Quienes incurren en estas conductas son una vergüenza para la sociedad ya que muestran una de las caras más deplorables de la condición humana, puesto que agreden a abnegados y sacrificados servidores de la salud.

Su trabajo es notoriamente importante en condiciones como las actuales, cuando se espera que sumemos esfuerzos para proteger la vida de todos. Como se reitera en la información que circula en torno al tema, Covid-19 solo se transmite por un contacto personal sin que se produzca a través de prendas de vestir, como los uniformes mencionados.

La crisis demanda comprensión, paciencia, sentido común y, sobre todo, solidaridad, ya que nadie está exento de contraer la enfermedad, mientras que todos estamos expuestos a ella.

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