Editorial

EDITORIAL: La recaptura de Ventura Ceballos

13 de febrero de 2020

La recaptura de un criminal sentenciado a 50 años de privación de libertad, evadido hace poco de una cárcel local, con todo lo tranquilizadora que pueda ser, no cierra un episodio vergonzoso.

Por el contrario, debe dar curso a un saneamiento radical del sistema penitenciario del país. La fuga en cuestión, la segunda del asesino de cinco jóvenes panameños, hizo volver los ojos de la comunidad hacia una serie de hechos inconcebibles que se dan en nuestras prisiones, incluyendo desde el ingreso de todo tipo de sustancias ilícitas, equipos de comunicación y armas pesadas, hasta masacres entre los detenidos.

Prueba de la magnitud que alcanzaron estos escándalos fue la salida de dos ministros del actual gobierno, algo inédito en la historia del país.

Las nuevas autoridades de Gobierno y Seguridad tienen el desafío de recomponer desde sus cimientos un sistema concebido en función de la corrupción y la impunidad, comenzando por una depuración escrupulosa de quienes custodian a los presos en los mencionados centros carcelarios.

El país está pendiente del cumplimiento de dicha responsabilidad.

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