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La España del pase infinito se pierde en el laberinto marroquí

06 de diciembre de 2022

Aferrada al juego de toque y control extremo que le ha dado sus mayores triunfos, España cayó el martes en la trampa de Marruecos al perderse en posesiones infinitas hasta caer eliminado en la tanda de penales de los octavos de final del Mundial.

El equipo de Luis Enrique, un técnico señalado por no desplegar un plan alternativo para rivales tan defensivos, perdió la brújula en el desierto catarí y España se despidió por segunda vez seguida en los octavos mundialistas.

Tratando pacientemente de asaltar el búnker marroquí, España completó un total de 975 pases (por 235 de su rival) pero solo realizó dos disparos a puerta.

Los aficionados marroquíes, mayoría absolutísima entre los 44.000 espectadores del estadio Education City de Doha, ya venían preparados para desconcentrar a su rival con una ensordecedora pitada general todo el tiempo que España tenía la pelota, y la tuvo el 77% del partido.

Marruecos es una de las sensaciones del Mundial gracias principalmente a su afilado sistema defensivo, con el que solo encajó un gol en los tres partidos de la fase de grupos, en la que dejó por detrás a la subcampeona Croacia y a Bélgica.

España, en cambio, había vivido un colapso en la última derrota ante Japón (2-1) en la que llegó a estar durante algunos minutos fuera del torneo.

- Llorente como novedad táctica -

Luis Enrique hizo algunos ajustes a su estrategia pero, como había advertido, no modificó un ápice la obsesión de la Roja por atacar a través del pase corto y la posesión, señas de identidad de la Roja campeona mundial en 2010.

España protegió el balón con tal cuidado que los riesgos emergían más en la portería que defendió Unai Simón, seguro bajo palos pero con algún que otro de sus habituales apuros con los pies.

Luis Enrique sorprendió al dejar en el banquillo a sus dos laterales derechos puros, César Azpilicueta (Chelsea) y Dani Carvajal (Real Madrid), para darle sus primeros minutos a Marcos Llorente (Atlético de Madrid), un potente carrilero del que esperaba irrupciones profundas.

Para abrir espacios en la ofensiva, Luis Enrique tomó la inusual decisión de sentar a su máximo goleador, Álvaro Morata, quien había marcado en cada uno de los tres partidos anteriores.

La presencia en su lugar de Marco Asensio poco ayudó a descentrar a la zaga, agradecida de que el punta del Real Madrid y los extremos Dani Olmo y Ferran Torres apenas encararan a sus defensores, buscaran desmarques o intercambiaran posiciones.

La falta de verticalidad de la Roja, esta vez de uniforme celeste, la llevaba a mecer la pelota de un lado a otro del campo sin hacer daño a Marruecos.

El joven Pedri, el más creativo del trío de centrocampistas 'Made in Barcelona', tenía deberes defensivos que cumplir al cubrir las subidas de Marcos Llorente.

- Falta de ideas -

Fatigado y rodeado de rivales, el talentoso jugador canario nunca pudo encender la luz en el medio campo y a su lado Gavi, su sucesor en el premio 'Golden Boy', se fajó más en defensa para frenar las escasas cabalgadas de Marruecos al contragolpe.

Después de una primera mitad sin ningún disparo a puerta, Luis Enrique echó la mirada a su banquillo, donde aguardaban sus futbolistas con más colmillo.

Morata, en sustitución de Asensio, fue el primero en ingresar y después lo hicieron los puntas Nico Williams y Ansu Fati y el lateral Alejandro Balde, todos ellos de entre 19 y 20 años.

España trató de explotar su velocidad y los primeros espacios que concedía Marruecos, que en la recta final del tiempo reglamentario y la prórroga se atrevió a salir de su guarida para buscar el triunfo.

Morata y Williams combinaron en varias acciones de peligro pero Ansu Fati, escorado a la izquierda, no tuvo opción para desenfundar en el área.

España cumplió a rajatabla las órdenes de Luis Enrique hasta que en la última acción se decidió a probar fortuna con un centro al área de Ansu Fati que Pablo Sarabia remató al poste.

Como en 2018 ante el anfitrión Rusia, España se jugó el pase a los cuartos en la tanda de penales pero ni Sarabia, Soler y Busquets pudieron tampoco perforar la portería marroquí desde los once pasos.

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