Cultura

Sobreviviente de cáncer reflexiona en el Día mundial del linfoma

14 de septiembre de 2019

Rita Ayala es una sobreviviente de cáncer, joven, madre de hijos pequeños, esposa y una profesional. Un día normal sintió el oído tapado, que no podía oír nada, y al día siguiente ella estaba con un médico otorrinolaringólogo.

El doctor sospechó y le hizo una biopsia, que resultó en un linfoma no hodking en la nasofaringe de cuatro centímetros. Hoy, ella está en remisión y se dedica a motivar a pacientes que padecen cáncer.

 

“Quizás si hubiese dejado allí el oído tapado y solo hubiese ido a un médico general él se hubiese confundido con otra enfermedad, y ese linfoma hubiese crecido sin saberlo”, expresó Ayala.

 Para una rápida detección, Rita recomendó a las personas realizarse citas de control anuales con los médicos de cabecera y con los especialistas cuando sea necesario.

 

Los linfomas no hodking son tumores que se originan en las células del sistema inmunitario, generalmente en los ganglios o nódulos linfáticos. Comienzan cuando un tipo de célula de la sangre y un tipo de glóbulo blanco llamado “linfocito” se hace maligno y se multiplica de forma descontrolada. Los linfomas pueden ser bultos detrás de los oídos, en el cuello, axilas o ingle.

 

Rita hoy se encuentra en remisión, sin cáncer, gracias a sus citas de control que asiste regularmente y al tratamiento que recibió en el Centro Hemato Oncológico Panamá (CHOP).

Ella también es parte de ‘Las Guerreras’, un grupo de mujeres luchadoras, algunas ya en remisión de cáncer y otras que todavía padecen la enfermedad, para apoyarse mutuamente.

 

Desde que Rita fue diagnosticada de cáncer ella demostró un espíritu de lucha y de ver el lado positivo de las cosas.

“A mi mente nunca vino la palabra morir. ¿Cómo iba a pensar en eso teniendo tres hijos pequeños que me necesitan? Decidí no aceptar estar enferma y cuando la mente decide algo, el cuerpo le hace caso. Me puse a hacer pulseras y a venderlas, pues de esta manera evitaba pensar en lo que estaba ocurriendo, vendí muchas. Me volví ingeniosa hasta creé una marca inspirada en mi familia llamada Mis Tesoros, compartió la sobreviviente de cáncer.

 

“También hubo momentos en el que tuve que llorar bastante cuando se cayó todo mi cabello. Y es que para una mujer no es fácil porque todas vamos al salón de belleza. Me sentía mal y rara de qué pensarían mi esposo y mis hijos. Suerte la mía que mi esposo me decía repetidamente que estaba hermosa y hasta me besaba la cabeza sin cabello”, recordó.

“Al momento de aplicarme las quimioterapias, las enfermeras siempre me hicieron sentir como si estuviera en casa. La atención del hematólogo fue especial. Me contesta a la hora que fuese”, contó.

 

Ahora, desde hace un par de años, Rita tiene la misión de motivar a pacientes que padecen cáncer. “‘Las Guerreras’ apoyamos a otras mujeres con nuestros testimonios de vida como sobrevivientes y las llenamos de motivación. Queremos que no vean al cáncer como una enfermedad terminal, que logren luchar con sus emociones, sus pensamientos positivos para superar la enfermedad”, cuenta Rita.

 

Contó que ha ido a CHOP personalmente a acompañar a pacientes recibiendo quimioterapia, reafirmándoles que están en las mejores manos y saldrán adelante con el apoyo de sus médicos y enfermeras. Les recomienda libros de motivación, les manda mensajes y les llamo.  Cree que si ella pudo salir adelante, ellos también pueden hacerlo.

 

Ayala expresó que Las Guerreras también ayudan a pacientes de escasos recursos, atiende a muchos por referencia de amistades, que tienen amigos o conocidos que están tristes o deprimidos por el diagnóstico de cáncer o su tratamiento, los afectados les dan su contacto y ella los acompaña durante todo el proceso.

“Gracias a Dios muchos ya han salido victoriosos. Esto lo hago con todo mi corazón, entregada al 100% a cada uno de ellos, pues estoy dando solo una parte de lo que yo recibí”, aseveró Rita.

 

Les recuerda a las personas que disfrutar la vida es lo más importante. La vida es una y hay que disfrutarla y valorarla.

Cree que gracias al cáncer aprendió cómo se debe vivir. Le aconseja a las personas que se detengan a pensar en nuestra salud mental y emocional en un mundo tan agitado y con tantos problemas.

También, que se alimenten bien física y espiritualmente, pues Dios debe ser su prioridad. No debe pasar un día sin darle las gracias a Dios por la vida. 

"Ya no guardo una ropa bonita para después. No me quiero perder nada. Me encanta salir a disfrutar de mi familia y de estar en cada momento importante de sus vidas”, concluyó.

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