Las fiestas clandestinas no paran

Las ganas de reuniones de decenas y decenas de personas no para. Desde el día uno, a mucha gente y conocidos del medio les ha valido el decreto y asisten o protagonizan celebraciones, sin importar los muertos por Covid-19.

Se quejaron de una murga hace días en Atlapa, se rasgaron las vestiduras, iban para marcha, pero de estos jolgorios nadie dice nada.

Ningún tipo de reunión de esta índole, con más de diez personas se permite y menos si no son burbuja; eso no lo tiene que decir la autoridad, lo saben,  es parte de la sensatez humana.
 

 Lineth Rodríguez
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