Los extremos y la casa real

Dos líneas de pensamiento salen a relucir cuando se habla de “familia real”, “reina” o “monarquía”. Por un lado, los románticos. Una generación que creció junto a sucesos mundiales, algunos de ellos asociados a la soberana británica, personas que valoran el lujo real y sus ancestrales rituales.

Del otro lado, un grupo importante, jóvenes en su mayoría, que intentan redefinir los íconos de Gran Bretaña y para quienes los ideales de confianza y glamour no residen en una corona, sino en otros arquetipo instalados en años recientes.

Mario Lara

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