Tres partidos, un deber

La democracia se sostiene en la participación equitativa y justa de los partidos políticos, las organizaciones independientes y el Tribunal Electoral. Para que esta ecuación funcione es necesaria la depuración de elementos que vayan en retroceso del desarrollo del estado.

Es lo que se le exige a los tres principales colectivos del país, cuyos errores de su membresía en cargos oficiales han sido, en muchos casos, ignorados pese a la gravedad de los hechos. La corrección solo puede venir de adentro, de los tribunales de ética, en ellos reposa la credibilidad de la totalidad del partido. 

Mario Lara
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