¿Murió la revolución obrera?

La capacidad que concedía   Marx a la clase obrera, la de voltear un  régimen, acompañó los discursos políticos en   Siglo XX.

Hoy, esta bandera,  ha perdido sustento. La disminución de  esta fuerza transformadora ya lo había advertido Marcuse en 1949 cuando apuntó, en El hombre unidimensional,  que  "lo que ha pasado es que el sindicato ha llegado a ser casi indistinguible ante sí mismo de la empresa".

Así, explica,   mientras se le mejora   el nivel de vida a los obreros (insignificante mejora realmente) su potencial    revolucionario se reduce.

Mario Lara
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