Nada de religión, sadismo puro
19 de enero de 2020
Disfrazado de pastor (en el sentido religioso), el líder de la secta y sus secuaces convencieron a una población incauta del maltrato como condición para limpiar el alma.
Nada más perverso y soez como el asesinato de su propia familia, de niños y de una mujer embarazada.
Este hecho poco guarda relación con algún dogma religioso, por el contrario, tiene que ver con la depravación que puede alcanzar el ser humano bajo trastornos mentales, patologías que deben ser atentidas con prontitud para evitar futuras tragedias alrededor de estas personas.
Mario Lara
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